viernes, 15 de abril de 2022

En el Balneario de las Salinas de Medina del Campo

Entre los días 3 y 14 de abril hemos estado en el Balneario de las Salinas en Medina del Campo.


Por mediación del IMSERSO hemos estado once días en el Hotel Balneario de las Salinas, un autentico Palacio, situado a cuatro kilómetros de Medina del Campo (Valladolid). El edificio fue diseñado por Bringas y Riancho, los mismos arquitectos que el Palacio de la Magdalena de Santander. El día 3 de abril llegamos a la dos, la hora de la comida, sin instalarnos en la habitación pasamos al comedor.


Al día siguiente, a las diez y media tomamos el primer baño que duró una hora, el horario de mantuvo durante los once días. Las aguas cloruro sódicas, cálcicas, sulfatadas y bromuradas, consideradas como una de las de mayor mineralización de Europa, indicadas para los reumatismos en general, artrosis y especiales para la piel: psoriasis, dermatitis, eccemas y acné... según consta en el folleto de propaganda.


Por las tardes, la cena se servía a partir de las nueve, hemos realizado visitas turísticas por las localidades de los alrededores, empezando por Medina del Campo. La ciudad se sitúa en torno a la Plaza Mayor o de la Hispanidad, aquí encontramos el Ayuntamiento, adornado con motivos de Semana Santa, la colegiata de San Antolín, el templo más importante de la localidad y el Palacio Real Testamentario, del siglo XIII en el que dictó testamento y falleció en 1504 la reina Isabel la Católica. En esta plaza se celebraban las famosas ferias. En Medina del Campo se celebraba la más importante de España, debido sobre todo al mercado de la lana. En un edificio próximo visitamos el Museo de las Ferias, en el que se exponen obras artísticas y documentales de los siglos XV y XVI.


 El Castillo de la Mota es la obra arquitectónica más importante de Medina del Campo, desde afuera destacan las torres y para penetrar en él es necesario pasar por un puente levadizo que atraviesa un foso. En la visita la guía nos relato historias de personajes que habitaron el castillo, bien por estar presos como César Borgia o Beatriz Galindo, maestra de la Isabel la Católica, a la que le enseñaba latín, y por eso la llamaban la latina, curioso que en Madrid el barrio de la Latina se la deba a esta señora, ya que al fundar un hospital la gente le llamó el hospital de la Latina, junto al hospital se edificaron casas que recibieron el mismo nombre. L subida a la torre, por una estrecha escalera nos supuso un esfuerzo, más de cien escalones, merece la pena llegar hasta arriba por la vista que se ofrece de la población y de valle. 

Por último señalar el edificio de las Reales Carnecerías, hoy convertidas en mercado turístico y el Convento de San José de las Carmelitas Descalzas, fundado por Santa Teresa, la visita amenizada por un simpático guía que nos puso al día de las relaciones entre Santa Teresa y San Juan de la Cruz, cerca encontramos una estatua "del encuentro" en ciudad de Medina del Campo.



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