miércoles, 5 de junio de 2024

 Última clase de Yoga

El miércoles hemos tenido la última clase del curso de yoga, curso al que hemos asistimos con Carmen en el Centro de Mayores Río Ebro.


 Desde el mes de octubre de doce y media a una y media, en chándal, cogemos esterilla ya vamos a clase de yoga. Es una hora a la semana que estamos relajados, liberados de la tensión de la calle, en clase tratamos de dominar la mente y el cuerpo así como de conocernos internamente, de oír a nuestro cuerpo, esto lo realizamos con tres tipos de ejercicios: tumbados en el suelo con los ojos cerrados, de rodillas o de pie y todos acompasados con la respiración. 


La clase la formamos veintidós alumnos más la profesora, de distintas edades, todas personas jubiladas, requisito imprescindible para poder asistir. Es el tercer año que vamos a esta modalidad, empezamos hace cuatro años practicando chicum, el centro lo quito de su programación y nos pasamos al yoga. Con el paso del tiempo vamos conociendo a otros compañeros de clase. 


Irene Redondo es nuestra profesora, la tercera que hemos tenido este curso. Siempre sonriente, afirma que con una sonrisa sientan mejor las asanas, así se llaman las distintas posturas del yoga. Debido a la edad avanzada de algunas personas algunos ejercicios los hemos realizado sentados en una silla. Las clases siempre empiezan con estiramientos, seguimos con ejercicios y terminamos tumbados en el suelo con los brazos colocados a lo largo del cuerpo para realizar la relajación profunda, tratando de pensar en el interior de nuestro cuerpo, en alguna ocasión he llegado a dormirme.


 
  En ésta última clase y como despedida Santiago, con 96 años, nos ha ofrecido un pequeño concierto, le han acompañado Pablo y Enrique con las palmas. De los veintidós alumnos solo cinco somos chicos, las chicas son más participativas... Santiago es un ejemplo para todos, un poco sordo se pone junto a la profesora para poder seguir las clases. Además de buen guitarrero es canto autor, lo hemos comprobado oyendo sus composiciones. Para terminar el curso hemos tomado un vermut en el Centro Rio Ebro.

Ya: ya es el silencio una canción
donde las ilusiones vagan
su libre albedrío
y los sonidos sumérjanse
en la cromatina luz
de la esperanza.
Ya: ya el silencio es un nuevo verso,
donde tienen vida propia
los sentimientos,
convirtiendo los poemas
sus propias horas
de amor y sueños.
Ya: ya no es un poema más el silencio.
Son miles de versos
cabalgando en libros.
Manantial de pensamientos
nacidos a cal y canto
con miel y fuego.
Ya: ya no tienen fin los desvelos,
surcan la soledad
con su propia música
que capto al fono del silencio,
y al desvelarme creo...
que vivo, y crezco.

                                              FELIPE ALVAREZ NAVARRO




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