Carrera por la integración
Organizada por DFA (Disminuidos Físicos de Aragón), en la que trabaja mi hermana Asún, este domingo 27 se ha celebrado la carrera por la integración.La carrera se ha convertido en una fiesta de solidaridad y ha sido patrocinada por Ibercaja, que donaba un euro por cada participante que finalizara la carrera, así es que junto con Carmen participamos del evento... a las nueve y media de la mañana se dio la salida desde la sede central de la entidad bancaria, un edificio acristalado de color verde que me recuerda el agua marina, éste edificio se apoya sobre un basa de tres plantas de piedra gris.
Diez mil son la cifra oficial de participantes que salimos dispuestos a recorrer los cinco kilómetros de que había marcado la organización. La carrera ha tenido un aspecto reivindicativo; la directora de DFA ha leído una manifiesto: por la supresión de todo tipo de barreras para las personas con discapacidad, tanto físicas como laborales o sociales.
Después de recorrer doscientos metros dejamos la calle San Ignacio de Loyola para llegar al Paseo de la Constitución, en la marcha participan numerosos participantes mayores, también con niños y muchos en sillas de ruedas. En el puente del cruce de Cesareo Alierta con el Camino de la Torres nos encontramos a Isabel en compañía de sus inseparables amigas: Mirian y Raquel...La carrera trata de que tomemos consciencia que existen personas DISCAPACITADAS, que no pueden ser tratadas como ciudadanos de segunda. ¡me gusta mi ciudad cuando exhibe su espíritu abierto y solidario!
Seguimos por Cesáreo Alierta y nos desviamos por la Avenida de San José, en el cruce con Ganivet, está la tienda donde trabaja Viky, realizamos una paradica para descansar y reponer fuerzas, nos quedamos un poco rezagados, aún quedan dos kilómetros y la Avenida se inclina hacia arriba, además el cierzo nos da de cara, por fin llegamos al Puente Virrey y cogimos el camino de vuelta para la meta.
Nuestra vida pobre y
triste
Sólo en un punto
consiste,
Que fijó la suerte
ciega
Entre un ayer que no
existe
Y un mañana que no
llega.
Y cansados de no ver
El goce en nuestro
alrededor,
En nuestro cruel
padecer
Sólo llamamos placer
A la escasez del
dolor.
La felicidad que
amamos
Siempre está en lo
que perdemos
Y siempre en lo que
buscamos
Y ¡ay! Nunca en lo
que hallamos
Y nunca en lo que
tenemos.
JOAQUIN BARTRINA