martes, 31 de enero de 2017

El paisaje de los Mondellos en Robres


Durante los fines de semana del mes de enero he podado las almendreras.


Las almendreras se hallan en los Mondellos, a un lado aparecen un fila de pinos, a modo de barrera con la carretera y situados a ambos lados del canal, detrás blanquean las paredes de granjas de cerdos, las granjas tienen techos rojizos y grises cilindros donde se guarda el pienso para los animales. Al fondo el pico del Águila y el Tozal de Guara que esta blanco debido a la nieve que cayó en los pasados días.


Al otro lado de las almendreras, otra granja, esta de pollos y al fondo la Sierra de Alcubierre, con san Blas el Viejo como punto más álgido; en este punto coinciden las huegas de tres pueblos: Torralba, Senés y Robres. Hace dos años se restauro el arco de la ermita, es lo único que queda en pie de los restos del edificio en el que se veneraba al patrón del pueblo.



El suelo de esta zona es pobre; las piedras de yesos, calizas y areniscas colaboran con la aireación y el drenaje; las almendreras tienen raíces profundas ya que debido al drenaje tienen que buscar el agua en zonas profundas... estas piedras las saco Luis del campo de Ventura que da paso Camino Senes.



En estos días de trabajo en el campo el canto de la perdiz, ha sido el único sonido que me ha acompañado, eso si me sabía a música. En la época de caza la perdiz tiene defensa en medio de los almendros, las viñas y los olivares. Pero en la actualidad con el vallado de las granjas que están proliferando por esta zona se esta diezmando la población de estos bellos animales.

El canto de la perdiz,
y el perfume de la sierra
el canto de la perdiz,
el ganao en la sementera
es lo que me gusta a mi
al llegar la primavera.

En el olivo
el petirrojo en la zarza
la abubilla en el olivo
la laondra con su canta
la zamalla en los caminos
y en el rió el pato real
EL CABRERO
https://www.youtube.com/watch?v=lyNcmQwy36E

domingo, 22 de enero de 2017

Cae un trozo de techo de Filosofía y Letras

Esta noticia de la prensa ha hecho que vuelva a visitar la facultad de Filosofía.


Entre los años 1988 a 1994 este edificio fue mi segunda casa. De cinco a diez de la noche y durante seis años estuve asistiendo a las clases, hasta tercero del plan nocturno de Filosofía y Letras y cuarto y quinto de Historia del Arte.


Sigo leyendo la prensa:"Ante la caída del techo se han suspendido las clases en las aulas de la tercera y cuarta planta de la Facultad. No se trata de un hecho aislado, puesto que en varias ocasiones se han producido hechos similares". Precisamente en la cuarta planta está situado el departamento de Historia del Arte. He paseado por la cuarta planta y me he encontrado con mallas en el techo y puertas cerradas de aulas y despachos, alguno de los cuales han conservan nombres de mis profesores, como el de Gonzalo Borras.


Después de recorrer la cuarta planta he seguido recorriendo el edificio, la tercera se encuentra en el mismo estado, con mallas en el techo, y en planta baja me he encontrado esta pancarta a la entrada de la biblioteca de filología. ¡Pena y rabia es lo que siento!. Pena por ver el estado ruinoso en que se encuentra el edificio a quien le tengo tanto cariño y rabia de la impotencia que siento ante la desidia de quien maneja nuestros dineros y los gasta de forma inadecuada. En diciembre estuve visitando la Aljaferia, sede de las cortes de Aragón y allí estaban coches oficiales de los "señores" políticos.


Recuerdo con especial cariño de los años en la facultad los viajes, que servían para salir de la rutina de las clases y ver en la realidad las obras estudiadas en diapositivas... en 1993 realizamos una salida a Barcelona, visitamos la ciudad modernista: la Pedrera, Hospital de San Pablo y la Sagrada Familia de Gaudí, en la fotografía delante de la puerta de del nacimiento , estoy junto a José Carlos y José Luis Olivares, que se más tarde sería el pediatra de mis hijas. inolvidables recuerdos contrariados por la situación en que se encuentra nuestra querido edificio.


lunes, 16 de enero de 2017

Mis cuatro mejores lecturas en 2016


De la cuarentena de libros leídos en el año pasado, las cuatro que más me han gustado son: UN antropófago en  Marte de Oliver Sacks.


Un antropólogo en marte es la historia de siete casos neurológicos que Oliver Sacks, profesor de neurología en la clínica Albert Einstein de Nueva York. Los siete casos constituyen una reflexión sobre la esencia de la identidad y los mecanismos del conocimiento... Oliver Sacks falleció en agosto de 2015, pero yo voy a seguir leyendo sus obras.


En la lista de mis favoritas está Irene Némirovsky, de quien he leído dos obras: El vino de la soledad y suite francesa. En la primera, publicada en 1935 a autora recrea al destino de una adinerada familia rusa refugiada en París. Con una mirada inteligente y ácida, la novela sigue a la pequeña Elena desde Ucrania hasta San Petesburgo, Finlandia y finalmente París, donde la familia se instala tras el estallido de la revolución rusa. La suite francesa narra la ocupación alemana den junio de 1940 y la salida de París. La novela no fue terminada pues fue detenida por la gestapo y deportada a Auschwitz donde fue asesinada.. me parecen dos obras magníficas novelas de una escritoria brillante.



En mi lista no puede faltar la poesía y este año me han encantado los sonetos de William Shakespeare, los he descubierto gracias a un programa de libros. En cien sonetos Shakespeare aparecen todos los temas de la poesía: lirismo, amor, crítica, amistad, traición, muerte, celebración de la vida. Me han fascinado los sonetos de Shakespeare.



El cuarto libro es una obra de teatro: La Fundación de Antonio Buero Vallejo. La lectura de esta obra se debió a que dentro de las lecturas obligatorias para la Selectividad que tenía que realizar la sobrina Laura. La obra de teatro la había visto en los Estudios 1 que televisión española realizaba en 1980.
Buero Vallejo es mi autor teatral favorito, inolvidables son historia de una escalera y el tragaluz, y  magistral interpretación de José Maria Rodero en el concierto de san Ovidio, han pasado muchos y sigue pareciéndome una de las mejores interpretaciones teatrales. La ventaja de leer teatro es que el lector puede poner la cara que uno quiere a los protagonistas.

Rendido de fatiga me desplomo en mi lecho,
Donde encuentran reposo estos rendidos miembros,
Pero entonces mi mente comienza su andadura
Hasta extenuar mi alma, como ya estaba el cuerpo,
Porque mis pensamientos, lejos de su morada,
A ti miran como fervientes peregrinos,
Manteniendo mis pupilas abiertas, fijas,
En esas tinieblas que son luz del ciego.
Pero esa visión que es sueño de mi alma
Cómo a mi obscuridad tu sombra atrae,
Y como joya que en la noche terrible brillase,
Las lóbregas tinieblas embellecen con la juventud de tu semblante.
Así, de día el cuerpo y por la noche el alma,

Por ti o por mí, Jamás hallan reposo.
WILLIAN SHAPESPEARE

lunes, 9 de enero de 2017

Del Seminario de Huesca al Paraninfo de Zaragoza


En Huesca, desde la plaza de la catedral, donde también se ubica el ayuntamiento de Huesca sale una estrecha calle que desemboca en la Plaza de la Universidad, a la izquierda se halla el Museo de la ciudad, a la derecha un edificio rehabilitado para escuela de turismo y al fondo el Seminario, hoy cerrado en espera de que se le de uso.


Mi ingreso en el seminario fue en setiembre de 1966. Mi vida en el seminario fue la de un "estudiante latino", así nos llamaban a los seminaristas hasta el quinto curso, posteriormente venían tres cursos de filosofía Escolástica y por último cuatro de teología Tomista. Recuerdo la asignaturas del primer curso: Latín, Religión,Matemáticas, Geografía e Historía, Caligrafía y Música.


En junio del año pasado realice una entrada en este blog, relatando mi vida en el seminario, gracias a ello contacto conmigo José Antonio Atares, se acordaba de la primera fila de compañeros de clase: Alonso, Asin Lansag, Asin Serrate, que falleció muy joven, y  Atares... en segunda fila se sentaban Callén y Cortés  que están en la fotografía junto a mí; yo estaba en la penúltima, con Otín y Palacín y en la última fila recuerdo a Mariano Sagardoy y a Tresaco.



Hace unos días, después de 45 años, contacto conmigo José Antonio, así es que quedamos en Zaragoza, fuimos, acompañados de nuestras señoras: Pili y Carmen a comer en el Paraninfo, allí han abierto un restaurante, a mi amigo creo le hizo ilusión recordar el lugar donde había estudiado medicina... hablamos y recordamos nuestras vivencias, él hizo el bachiller superior en el Seminario, pues en 1968 se transformó en Instituto y a los teólogos los trasladaron a Zaragoza, hablamos de nuestro común amigo y compañero de clase Mariano Sagardoy que un día de junio nos dejó para siempre.




También repasamos el presente, los dos estamos casados y con dos hijos y los dos empezamos a tener achaques, los propios de la edad, y hablamos del futuro, esperando llegar a la jubilación con la misma salud.
Pilar la mujer de José Antonio es de Villanueva de Sigena, así es que nos hizo una fotografía delante del vecino más ilustre de su pueblo, Miguel Servet que a modo de guardián está sentado a la entrada del Paraninfo.


Hace algunos días intentaba explicar el origen del nombre del blog, y se me ocurrió que para documentar con imágenes el invento buscaría fotos antiguas del Seminario de Huesca. Lo hice y para mi sorpresa la búsqueda me llevó a contactar con un amigo que había estado conmigo hace la friolera de como poco 45 años.
 Ni que decir tiene que la memoria, a veces olvidadiza de tiempos que parecen muy lejanos, estimulada por la emoción del contacto, disparó sobre mi cabeza un alud de recuerdos y de imágenes de los años 1967 a 1971, que fue el tiempo que coincidimos juntos en el Seminario: los otros compañeros, alguno que ya nos dejó..., el rector, los profesores, los juegos, la disciplina, la familia, las risas, etc. etc. Con este estado de las cosas no nos costó mucho concretar una fecha en estos días de Navidad para vernos y comer juntos en Zaragoza que es donde actualmente reside mi amigo... empezamos a recordar los tiempos pasados en el seminario. Las versiones de uno y otro difieren relativamente poco, con lo que apreciamos que nuestra memoria "remota", para bien o para mal sigue funcionando correctamente. Las cosas que más recupera nuestra memoria son los buenos momentos, o al menos eso parecen ahora, porque la verdad es que tener que esconderse las croquetas en el bolsillo de la camisa porque no te gustan, o por el mismo motivo vaciar las lentejas en el cajón que cada uno teníamos en nuestra mesa del comedor, hoy es simpático y casi una travesura. En aquella época te jugabas un tortazo en toda regla, que ciertamente pudimos probar en algún momento de nuestra estancia.

JOSE ANTONIO ATARES