Fin de estancia en Cantavieja
Esta semana ha finalizado mi contrato de trabajo en el IES Segundo Chomón de Cantavieja
Mi experiencia como profesor de secundaria ha sido positiva, además he aprovechado para conocer este precioso pueblo, capital del Maestrazgo turolense... espectacular estaba la fuente la mañana del dos de diciembre. Carmen vino a pasar el fin de semana y nos encontramos la fuente completamente helada.
En Cantavieja realizamos la visita guiada, casualmente la guía era Estefania, compañera de José a quien sustituí en el instituto... El centro histórico es espectacular, con la plaza porticada donde se ubica el ayuntamiento, pudimos visitarlo en el interior, la de éste fachada ocupa todo el lado este de la plaza, el recorrido se completó con la visita a la iglesia y subida a la torre, el pueblo termina en el calvario-castillo, de época templaria que solo conserva las paredes ya que los carlistas lo utilizaron como fortaleza y destruyeron las dependencias medievales.
Por la noche las luces navideñas han hecho su aparición, la torre presenta un aspecto de fantasía, junto a la iglesia una fotografía antigua muestra la calle tal como era hace cien años. He observado algunas de éstas fotografías colgando en las paredes de las calles.
En el instituto he impartido las clases a alumnos de primero a cuarto de ESO, chic@s de once a catorce años. En primero he explicado los climas del planeta. A los de segundo el feudalismo y el arte románico. A las chicas de tercero, sólo había dos chicos de dieciocho, el tema ha sido la ONU, la UE, la Constitución española y las instituciones aragonesas. Y a los de cuarto la Revolución Industrial y su consecuencias: el nacimiento de las clases sociales. Hasta me he atrevido con Economía, tres alumnos a los que he instruido en fundar una empresa.
Dejo Cantavieja con la tristeza de tener que abandonar lo que se quiere tanto en la parte física, el bello pueblo asentado sobre la roca en la cima de una loma y otra la sentimental, las gentes que me he encontrado y que también me han tratado: los profesores, compañeros del colegio, alumn@s y sin olvidarme de los dueños de la pensión donde he estado hospedado.
De afán y angustia el
pecho traspasado,
Pido a la muda
soledad consuelo.
Y con dolientes
quejas la importuno.
Salgo al ameno valle,
subo al monte,
Sigo del claro río
las corrientes,
Busco la fresca y deleitosa sombra,
Corro por todas
partes y no encuentro
En parte alguna la
quietud perdida.
…………………………………..
De la siniestra
orilla un bosque umbrío
Hasta la falda del
vecino monte
Se extiende; tan
ameno y delicioso
Que le hubiera
juzgado, el gentilísimo
Morada de algún dios,
o a los misterios
De las silvanas
Driádas guardado.
La grata soledad, la
dulce sombra,
El aire blando y el
silencio mudo,
Mi desventura y mi
dolor adulan,
No alcanza aquí del
padre de las luces.
…………………………..
Contemplación, le
goza ya en la tierra,
Y, retirado en su
tranquilo albergue
Observa reflexivo los
milagros
De la Naturaleza, sin
que nunca
Turben el susto ni el
dolor de pecho.
Regálenle las aves
con su canto,
Mientras la aurora
sale refulgente
A cubrir de alegría y
luz del mundo,
Nácele siempre el sol
claro y brillante,
Y nunca a él levanta
conturbados
Sus ojos, ora en el
Oriente raye.
MELCHOR GASPAR DE JOVELLANOS