Berbusa y Ainielle dos pueblos abandonados.

El 23 de abril, fiesta de Aragón, con Carmen y los Canudas (Concha, Jesús y su hijo Mario) realizamos una marcheta a Berbusa y Ainielle, dos pueblos abandonados del Sobrepuerto aragonés

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Dejamos el coche en Olivan, a mitad camino entre Sabiñánigo y Biescas... comenzamos la marcha, por una pista, dirección a Susin, pronto tuvimos que vadear el río, algo crecido por el deshielo.

Después de dos horas de caminata llegamos a Berbusa, pueblo de casas ruinosas, sin techo y con zarzales creciendo en su interior... seguimos el camino por entre robledales y pinos, y con las verdes montañas al fondo.

Tras cuatro horas la aparición de bancales nos alerta de que  nos acercamos a Ainielle. Recorrimos la iglesia, el viejo cementerio, lo que había sido la plaza principal, el abrevadero... el silencio, el abandono, la descomposición, lo invade todo. ¡un pueblo muerto en un bello paraje!

LA LLUVIA AMARILLA

Podía ver el portalón hundido y devorado por el musgo y los reflejos temblorosos

de los chopos sobre el río: inmóviles. solemnes, como columnas amarillas...

Todo estaba en silencio, envuelto en una paz tan  densa e indestructible 

que acentuaba más aún la desazón que yo sentía. Un viento 

suave se abrió paso por el río y la ventana y el tejado

 del molino y se llenaron de repente de una lluvia 

compacta y amarilla.Eran las hojas muertas

 de los chopos, que caían, la lenta y mansa

 lluvia del otoño que de nuevo regresaba a 

las montañas para cubrir los campos 

de oro viejo y los caminos

y los pueblos de na dulce

y brutal melancolía.

JULIO LLAMAZARES