Porto y Coimbra

Siguiendo nuestro viaje por Portugal, el martes tres de octubre llegamos a Porto, nuestro hotel "el Universal" situado entre el mercado del Bolhao y el Ayuntamiento.

En la ciudad de Porto encontramos dos partes: la alta y la baja, en la alta se sitúa la catedral con el claustro del que me han llamado la atención los frescos de azulejos, por otra parte, muy habituales en las iglesias que hemos visitado en Portugal. Junto a la catedral hemos admirado la iglesia de Santa Clara y de vuelta al hotel la estación de San Bento, en cuya sala de espera se encuentra una obra maestra del arte de azulejos, más tarde hemos subido los 222 escalones de la Torre de los Clérigos, la torre más alta de Portugal, cerca se sitúa la antigua cárcel, y por la noche estuvimos tomando un café en el Majestic, un gran café con decoración de 1920, viejas sillas de madera y banquetas de hermoso cuero repujado dan un ambiente señorial.

A la mañana siguiente caminamos hasta la parte baja, primero visitamos el Palacio de la Bolsa, espectacular el salón Arabe, después la iglesia de san Fracisco, de la orden de los jesuitas, de origen románico, y con una recargada decoración gótica que cubre las paredes y las bóvedas del techo, al lado de la iglesia encontramos el museo y las catacumbas, un cementerio subterráneo... seguidamente recorrimos el barrio de la Ribeira en un rabelo, barco que se utilizaban para transportar los toneles desde las bodegas de Vila Nova de Gaia, al otro lado del Duero. El barco nos llevo por debajo de cinco puentes: el metálico de Don Luis, realizado por Seyrig, colaborador de Eiffel, el de Doña Maria, obra de Gustavo Effiel, el puente del infante Don Enrique y el puente de San Joao y al final el Atlántico, magnifica vista de la desembocadura del río Duero

De Porto nos trasladamos a Coimbra, con parada en Aveiro, aquí comimos, yo bacalao, como casi todos los días, se dice que hay más de 200 formas de cocinarlo. Aveiro destaca por los canales en los que navegan barcos tradicionales reconvertidos para llevar a turistas por los canales de la ciudad. También visitamos el Museo Nacional de Santa Joana, un antiguo convento en el que encontramos azulejos, pinturas, esculturas, orfebrería religiosa. En las dependencias del claustro bajo, de estilo renacentista, se conservan el refectorio y la sala capitular, a la que se entra por un bonito portal gótico.

El día cinco llegamos a Coimbra, la ciudad universitaria, lo atestiguan los numerosos estudiantes que con sus uniformes y capas negras se dejan ver por toda la ciudad.
La universidad de Coimbra, Patrimonio de la Humanidad, con sus distintas dependencias: Sala de Capelos,capilla de SanMiguel, Biblioteca Joanina; una mañana pasamos en este templo de la cultura. Después visitamos la catedral, el botánico y el monasterio de Santa Cruz, en uno de los claustro se ha montado un café restaurante donde hemos cenado y escuchado Fados.
De Coimbra no olvidaremos es del Convento de Santa Clara, o mejor los conventos, ya que son dos, uno en ruinas, junto al río Mondego, al que para acceder tuvimos que andar media por una pasarela habilitada, éste monasterio fue abandonado por las monjas ya que cada vez que el río tenía una crecida el convento quedaba sepultado por las aguas. El nuevo monasterio fue construido por orden de la reina Isabel de Aragón, a la reina Santa se le ha dedicado la iglesia, por cierto en ésta ondea la bandera aragonesa.

Permite, ¡oh Portugal! Que un pueblo amigo

Ante la humilde tumba de Herculano,

Mostrándote su amor, llore contigo.

¡Ya no existe el poeta! Pero en vano

Querrá la muerte oscurecer la gloria

Del más  insigne genio lusitano.

Él con su ciencia engrandeció la historia,

Él exalto la santa poesía,

Y él impondrá a los siglos su memoria.

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Hermanos son el español y el luso,

Un mismo origen su destino enlaza,

Y Dios la misma cuna les dispuso.

Más aunque fuesen de enemiga raza,

La generosa tierra en que han crecido

Con maternal orgullo los abraza.

¿A quién importa el rumbo que han seguido?

Dos águilas serán de opuesta zona,

Que en el mismo peñón hacen su nido.

Ese sol que los sirve de corona,

Con torrentes de luz sus campos baña

Y sus frutos idénticos sazona.

Juntos pueblan los términos de España,

Y parten ambos con igual derecho,

El mar, el río, el llano y la montaña

GASPAR NUÑEZ DE ARCE