domingo, 29 de septiembre de 2019

El espíritu de Jaca


Ayer, sábado 28 estuvimos en Jaca. Luis Ramón hizo de guía-anfitrión durante toda la jornada.


A las once llegamos a Jaca; en la plaza de la catedral nos esperaba Luis Ramón, después de tomar un café pasamos a visitar la catedral, el monumento más importante de la ciudad ¡Joya del arte románico! En el interior se estaba celebrando una boda, así es que no pudimos apreciar del todo la maravillosa obra arquitectónica; nos detuvimos en la capilla de Santa Orosia, patrona de la ciudad.


Caminando por la calle Mayor nos encontramos con la Torre del Reloj, junto a la que se encuentra la estatua de Sancho Ramírez, en pose de cantar una jota. Sancho Ramírez traslado la capital del reino de Aragón a Jaca, era el año del 1077, además mando construir una catedral y doto a la ciudad de fueros especiales... Siguiendo por la calle Mayor pasamos por el ayuntamiento, el monasterio de las Benitas,seguimos por la judería y llegamos a la puerta de la que fue muralla de la ciudad medieval.


En nuestro paseo nos encontramos con Lola y su marido Pedro, ya jubilados, son numerosas las personas de Zaragoza hace unos años compraron su apartamento para subir a esquiar y ahora ya jubilados pasan parte del año en esta ciudad rodeada de montañas en la que se respira aire puro, sin la contaminación de la capital.
A las dos nos subimos a comer al  Fuerte del Rapitán, donde tiene el apartamento Luis Ramón, desde la terraza se divisa la ciudad de Jaca, el valle del río Aragón y al fondo la Peña Oroel.¡paisajes que son un gozo la vista!.



Después de comer y tomar varios cafés con tertulia repasando nuestras vidas, mientras las jóvenes aprovechaban para echar una siestecita, bajamos hasta la Ciudadela, edificio de arquitectura militar, mandado edificar por Felipe II y en cuyo interior se alberga un museo de miniaturas militares. No lo visitamos... en cambio le dimos una vuelta al foso que rodea al edificio y en el que habitan gran cantidad de ciervos, contamos más de cuarenta... un buen lugar para poner punto final al recorrido por ésta ciudad histórica.


OTOÑO
Bosques rojos, islas de oro,
Otoño fiel como un secreto antiguo,
Maduro corazón
Cargado de sustancias de vida macerada,
Al fin, al fin extraigo
De tanta pesarosa conciencia trabajada.
….
Otoño, buen amigo,
Temblor como en suspenso por las ramas desnudas,
Más altas, más delgadas,
Más últimas, y a punto de lograr lo continuo,
¡Acógeme!, ya extraigo.


GABRIEL CELAYA


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