viernes, 17 de enero de 2020

 En Robres congelado


Esta semana la hemos pasado en Robres, Viky estudiando y yo podando.


Llegamos el domingo 12, con carretera despejada hasta llegar a la Sierra de Alcubierre, de aquí a Robres niebla intensa y la carretera sin línea blanca en medio, así es que mucha conduciendo despacio y con precaución. EL lunes nos levantamos con cinco bajo cero y paisaje nórdico... desde la ventana de la cocina se veía bonito el corral, un manto blanco, no era de nieve sino del agua helada que echaba la niebla.


Sobre  las once se levantaba la niebla, esperaba una hora para el deshielo y marchaba a podar almendreras. Con el sol en el cielo subía la temperatura hasta los cuatro grados y se estaba bien en el campo... los anillos del corte del tronco marcan las edad de los árboles, cada anillo un año, no me he parado a contar ninguno de los almendros que he podado.


Todos los días antes de marchar al campo bajaba a comprar el pan, a la panadería de Ovidio, me atendía Nati, su mujer, porque Ovidio esta con oxigeno, después me tomaba un café con Angel, en el bar de Marcelino, comentamos la formación del nuevo gobierno, nos gusta y estamos contentos. ¡Esperamos que no nos defraude!... a la vuelta almuerzo con Viky, huevos fritos con vaso de vino y al tajo.


La ola de frio también ha afectado a la fauna que habita en el corral, por las noches dejaba la puerta abierta del cubierto, con agua y comida para que entraran los gatos, son gatos callejeros que van de corral en corral a ver que pillan, estos días se congelaba el agua... además del gato también se ha colado algún roedor, éste ha tenido mala suerte y la comida le ha sentado mal, ya no sufrirá por el frio, esta en el sueño eterno.
Hoy viernes al volver a Zaragoza a salido el sol, deseo que también en Robres.


Querría bañarme en extrañeza:
estas comodidades amontonadas encima de mí,
me asfixian!
Me quemo, ardo en deseos de algo nuevo,
amigos nuevos, caras nuevas y lugares!
Oh, estar lejos de todo esto,
esto que es todo lo que quise…salvo lo nuevo.
¡Y tú, amor, la que mucho, la que más he deseado!
¿Acaso no me repugnan todas las paredes,
las calles, las piedras,
todo el barro, la bruma, toda la niebla,
todas las clases de tráfico?
A ti, yo te querría
fluyendo encima de mí como el agua,
¡oh, pero fuera de aquí!
Hierba y praderas y colinas y sol
¡oh, suficiente sol!
¡Lejos y a solas, en medio de gente extraña
!

Ezra Pound



No hay comentarios:

Publicar un comentario