UNED en Calatayud

Este mes de mayo he estado con Viky en la Uned (Universidad de Educación a Distancia) en Calatayud.

Dos son las entradas que tiene el edificio, la principal, más monumental por la Avda San Juan el Real, junto a la iglesia del mismo nombre y la otra por la Plaza del Fuerte, frente al río Jalón.

El motivo del viaje a Calatayud ha sido la devolución de un libro de derecho que ha empleado para el máster que está realizando sobre ·derechos humanos"... la biblioteca es pequeña pero está bien equipada.¡ silencio que están estudiando !

Después hemos visitado las distintas dependencias del edificio; en una de las salas había una exposición titulada: "mujeres bajo sospecha, memoria y sexualidad (1936-1980)". Se trata de una exposición de objetos y documentos que estuvieron cerca de la vida de las personas de las mujeres puestas bajo sospecha durante la dictadura franquista, que a pesar de estar duramente reprimidas o aburridamente conformadas, encontraron espacios en los que expresarse con voz propia.

En el patio central se erige una estatua de Baltasar Gracián, escritor del siglo de Oro natural de un pueblo próximo a Calatayud.
  Yo realice un curso en la Uned, fue hace treinta años; me matricule en primero de económicas, pero el bachiller lo había realizado por letras, así es que el intento resulto fallido, y fue cuando empece a estudiar Historia del Arte. Por aquella época seguía la UNED en Radio 3, ahora sigo el programa de los sábados a las 7,30 en la 2 de TVE; hoy ha estado dedicado al poeta Luis Alberto de Cuenca.

CUANDO PIENSO EN LOS VIEJOS AMIGOS

Cuando pienso en los viejos amigos que se han ido

de mi vida, pactando con terribles mujeres

que alimentan su miedo y los cubren de hijos

para tenerlos cerca, controlados e inermes.

Cuando pienso en los viejos amigos que se fueron

al país de la muerte, sin billete de vuelta,

sólo porque buscaron el placer en los cuerpos

y el olvido en las drogas que alivian la tristeza.

Cuando pienso en los viejos amigos que, en el fondo

del mar de la memoria, me ofrecieron un día

la extraña sensación de no sentirme solo

y la complicidad de una franca sonrisa...

LUIS ALBERTO DE CUENCA