domingo, 28 de junio de 2020

Noche en el Teatro Romano de Zaragoza


Para celebrar la "noche blanca", en el día mundial de los museos, nos fuimos con Carmen al Teatro Romano de Zaragoza.


Después de mirarnos la temperatura y lavarnos la mano con gel, es la nueva normalidad, pasamos a las salas museo, antes de penetrar en el teatro. En una vitrina se exponen una colección de monedas, algunas de ellas son conmemorativas de la fundación por los romanos de la la ciudad Caesar Augusta. Me gusta la historia, porque como afirma un proverbio: "Sin historia no hay futuro".


Carteles explicativos, mapas de la época antigua, y vitrinas con elementos relacionados con el teatro completan los dos pisos que componen éste pequeño museo... La colección de máscaras utilizadas en el teatro clásico es la vitrina que más nos ha gustado, como hemos cambiado en la antigüedad eran obligatorias para los actores en el teatro, ahora las mascarillas son obligatorias para la gente y es que ¡la vida es puro teatro!.


Ya en el teatro paseamos por el "pulpitum" y pudimos admirar el enlosado de mármol de la "orchesta". La primera vez que visite el teatro fu ene primer curso de la Universidad, con el profesor Bernabé, finales de los ochenta, aún se estaba en litigio con los propietarios por la expropiación del terreno. Por cierto que en un panel se explica que el expolio de los sillares del teatro empezó con los propios romanos, se cogieron pera reforzar las murallas, en el siglo III, ante el temor a las invasiones.


En el teatro se podían sentar hasta seis mil personas, y teniendo en cuenta que la ciudad no llegaba a las dos mil, vendrían de localidades próximas a las representaciones de las grandes tragedias griegas, como Medea de Euripides, que el año pasado pudimos disfrutar en nuestro pueblo de Robres, dentro del festival de la oralidad y que este año se ha suspendido. 
En definitiva que pasamos dos horas interesantes conociendo la cultura de nuestros antepasados,  satisfecho de nuestra primera actividad cultural fuera de casa en la nueva etapa del Coronavirus.

¡Oh, mil veces bendita
la inmensa fuerza de la mente humana,
que así el ramblizo como el monte allana,
y al mundo echando su nivel, lo mismo
los picos de las rocas decapita,
que levanta la sierra,
formando un terraplén sobre un abismo
que llena con pedazos de una sierra!
¡Dignas son, vive Dios, estas hazañas,
no conocidas antes,
del poderoso anhelo,
de los grandes gigantes
que, en su ambición para escalar el cielo,
un tiempo amontonaron las montañas!.

RAMÓN DE CAMPOAMOR 

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