Un día en Cornella de Llobregat
En nuestra última estancia en Barcelona un día cogimos el metro para visitar la localidad de Cornella.
Nuestra primera parada fue en el parque Can Mercader, en el que encontramos cantidad de variedad de vegetación, un bonito lago con ánades y un pequeño trenecito que recorría el parque, llamo pequeño tren porque los vagones parecían de juguete, en los asientos solo cabían niños pequeños. El parque también tiene un museo, que estaba cerrado, nos tuvimos que conformar con admirar la bella fachada, parece un palacio.
La siguiente parada fue en el campo de fútbol del Español de Barcelona, que cambió su sede desde el barrio de Sarria hasta Cornella. El campo fue inaugurado en 2010, y llama la atención que cada puerta de acceso al estadio está dedicada a un futbolista importante en la historia del club: la numero 1 al mítico portero Ricardo Zamora, la 4 a Molinos, ex jugador del Zaragoza, la 21 a Dani Jarque, 23 Tamudo... ¡Nuevas instalaciones para un club histórico del futbol español!
Seguimos andando por el pueblo hasta llegar a la plaza de la Iglesia, muy moderna y en la que no estuvimos mucho tiempo porque se estaba celebrando misa. A la salida tomamos vermut en la plaza mientras contemplamos la magnifica fachada del ayuntamiento. Hasta ahora Cornellá me sonaba por que pasa el rio Llobregat y de aquí son los hermanos Muñoz, que forman el grupo Estopa.
El castillo está situado en un cerro, de planta cuadrangular, solo se visita la planta baja, el resto son dependencias municipales. En el interior nos encontramos con una exposición de pintura realizada por artistas plásticos de Cornella. En la visita, Pilar una de las pintoras que exponía, nos comento que su padre es del barrio zaragozano de Montañana.
Por la tarde abandonamos Cornella, ciudad de más de 90.000 habitantes y nos dirigimos a la parada de metro para volver al piso en Trinitat Nova en Barcelona.
Arenas del Pozo
Las partículas doradas
Caen, caen,
Atraviesan la profundidad
Del agua y se posan
En el lecho llano
Del pozo hasta que,
Consumado todo
El descenso, se completa
La absoluta transparencia
Del agua, despejada
De sus constelaciones
De arena brillante.
¡Es este
El sitio al que te ha
Traído la meditación!
¡La transparencia
Vista en si misma
Como si su esencia
No fuera, después de todo
Permitir la
Percepción de lo otro, no de sí!
Con una vara
Se sauce vuelvo
A turbar la charca de ensueño,
Oscuras nebulosas
Se forman y desintegran,
Los granos
Sueltos vuelven
Al ritual del descenso,
Lenta, lenta,
Y otra vez
Se hace la paz,
Y el misterio
De esa claridad
Tan pura, ¿es agua de verdad
O aire o luz?
DENISE LEVERTOV