viernes, 20 de diciembre de 2019

Concierto de Órgano en Santa Engracia


En la Iglesia de Santa Engracia, ayer tarde día 19 asistimos, con Carmen al concierto de órgano ofrecido por Daniel Oyarzabal.

Con la iglesia llena, había gente que escucho el concierto de pie, el organista Daniel Oyarzabal empezó el concierto con capricho español de Rimski Korsakov, siguió el ave María, Donna Donna. Seguidamente toco la obra el Carnaval de los animales de Camille Saint-Saëns, compositor desconocido para mi y termino con los Cuadros de una exposición, de Modest Mussorgski, uno de mis compositores favoritos... a Daniel Oyarzabal se le podía ver a través de una pantalla de video situada junto al altar mayor.


El concierto finalizo con la interpretación de los villancicos Noche Paz y White Chistmas a cargo del Coro Amici Musicae, sección infantil, el mejor de nuestra ciudad que pertenece al Auditorio de Zaragoza... los componentes situados en el coro de la iglesia, encima de la puerta principal,  saludaron al finalizar el concierto, de fondo se aprecia el impresionante órgano, de más de 1.500 tubos y recientemente reparado.


En Santa Engracia destaca la fachada, de época renacentista, la más bonita de Zaragoza. Las esculturas, en alabastro fueron realizadas por Gil Morlanes, padre e hijo. Las figuras representadas son las de los mártires de Zaragoza: Engracia, a quien esta dedicado el templo, Prudencio, Esteban, Valero, patrón de la ciudad, Vicente. En la cripta se encuentra el sarcófago romano con los restos de los mártires convertidos en santos.


Cada vez que paso por la calle Costa me detengo unos minutos a admirar esta fachada, maravillosa obra, de las mejores del renacimiento español.


Déjame vivir los años que me toquen al calor de la sangre

Déjame vivir borracho del vino de los soñadores,

Deja que no vea el cuerpo que habita en mi alma, hecho de barro.

Que va dando tumbos hasta convertirse en polvo, un altar vacío…

Y este seguro que cuando me enfrente con el más allá

Mi canto sonara a través de lo desconocido.

Déjame ser una cuerda de violín que vibre con las notas

Y que siente la melodía del Creador y luego se rompe.

FRANCK SLAUGHTER



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