En la Maratón de Bilbao
El sábado 18 se realizó la maratón de la ciudad de Bilbao y hasta allí fuimos a animar a nuestros amig@s Adela, Yasmina y Miguel
A las siete de la tarde tomaron la salida más de 20.000 participantes desde la explanada del campo de futbol de San Mames. Yasmina corrió diez kilómetros, mientras que Adela y Miguel realizaron la media maratón, 21 kilómetros. En chicos el ganador fue el ugandés Maxwell Rotich y en chicas la keniata Purity Kajuja, que ya ganó el año anterior. En la fotografía los tres se muestran orgullosas en la meta, delante de Puppy, el perro guardián delante de su caseta, el Guggenheim, donde estaba situada la meta.
Saliendo desde el teatro Arriaga, el 18 por la mañana realizamos un free tour por Bilbao en compañía de Gloria, Elias, Carmen y Blas y nuestras respectivas hijas. La guía nos explicó la historia de los lugares de la ciudad por los que íbamos paseando: el Arenal, los Antiguos Astilleros, junto a la ría el casco viejo, la plaza Nueva, iglesia de San Nicolás, Catedral de Santiago. Además nos culturizo con algunas "bilbainadas", como llenar la plaza de agua para que navegara por ella Amadeo de Saboya, Veneciano, y que se lo tomo a chufla ya que el nuevo rey era turinés. La mañana termino tomando vermut en la terraza del Mercado de la Ribera.
El domingo nuestro paseo comenzó por la Ría, con las casas pintadas de distintos colores, algunas de reminiscencia inglesa, que diferencia de aquel Bilbao que conocí, por primera vez, hace ya cincuenta años, con las chimeneas de Altos Hornos echando humo y el cielo negro, las gabarras surcando la ría llevando la carga hasta los buques al mar, en la actualidad la gabarra, el antiguo barco de carga solo se usa para celebrar los triunfos futbolísticos del Atleti de Bilbao, la ultima ocasión fue en abril de 2024 para celebrar el triunfo en la Copa del Rey, más de millón y medio de personas siguieron la celebración. Cruzando la ría Carmen, Isa y Vicky sonrientes disfrutando del día soleado que nos ofreció Bilbao.
El paseo nos llevo hasta la catedral del futbol español, San Mames, porque en Bilbao el futbol es una religión, aquí estoy junto a Elías y Blas "adorando" el mítico Iribar, al fondo, en el video la imagen de Zarra... ¡que envidia nos da a los zaragocistas!, el Bilbao en la Champion y nosotros los colistas de la segunda división.
Para comer Yasmina había reservado en el restaurante el Laterio, un coqueto local con sabor portugués, aunque el cocinero era aragonés, la comida a base de latas: mejillones, sardinas ahumadas con salmorejo, quesos... ¡Buena comida, acompañada por mejores amigos!.
A las cinco vuelta a Zaragoza, después de pasar un finde semana inolvidable en Bilbao.
LAS AGUILAS
El mundo encierra
la verdad de la vida,
Aunque la
sangre mienta melancólicamente
Cuando como
mar sereno en la tarde
Siente
arriba el batir de las águilas libres.
Las plumas
de metal,
Las garras
poderosas.
Ese afán
del amor o la muerte,
Ese deseo
de beber en los ojos con un pico de hierro,
De poder al
fin besar lo exterior de la tierra,
Vuela como
el deseo,
Como las
nubes que a nada se oponen,
Como el
azul radiante, corazón ya de afuera
En que la
libertad se ha abierto para el mundo.
Las águilas
serenas
No serán nunca
esquifes,
No serán
sueño o pájaro,
No serán
caja donde olvidar lo triste,
Donde tener
guardado esmeraldas u ópalos.
El sol
cuaja en las pupilas,
Que a las
pupilas mira libremente,
Es ave
inmarcesible, vencedor de los pechos
Donde
hundir su furor contra un cuerpo amarrado.
Las
violentas alas
Que azotan
rostros como eclipses,
Que parten
venas de zafiro muerto,
Que
seccionan la sangre coagulada,
Rompen el
viento en mil pedazos,
Mármol o
espacio impenetrable
Donde una
mano muerta detenida
Es el
claror que en la noche fulgura.
Águila como
abismos,
Como montes
altísimos,
Esa verde
hiedra que en los muslos
Finge la
lengua vegetal casi viva.
Se aproxima
el momento en que la dicha consista
En
desvestir de piel a los cuerpos humanos,
En que el
celeste ojo victorioso
Vea solo a
la tierra como sangre que gira.
Águilas de
metal sonorísimo,
Arpas
furiosas con su voz casi humana,
Cantan la
ira de amarlos corazones,
Amarlos con
las garras estrujando su muerte.
VICENTE ALEIXANDRE




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