Paseo por la calle Pignatelli
En compañía de Oscar, el viejo lobo de mar, he paseado por la calle Pignatelli, una calle con solera, estos últimos días del mes de agosto son los mejores para pasear por Zaragoza, ya que aún no ha vuelto la gente de vacacionesAhora la calle esta muy "envejecida"... andamios, apuntalamientos, portales con cristales rotos y sucios... nada que ver con el brillo que tuvo en décadas anteriores...
Corría 1974, yo estaba en el servicio militar, hasta metralleta llevaba... entonces frecuentaba la calle, en ésta vivía Paco, en el centro de la fotografía y con Fernando, los tres íbamos juntos al cuartel; me acababa de comprar el coche y quedábamos para subir al cuartel de San Lamberto, en Miralbueno.
El paseo con Oscar lo empezamos por la Plaza de Toros... Oscar llegó a Zaragoza por esos años, desembarcó en el puerto de Tarragona y se afinco en Zaragoza, donde abrió un taller de mecánica.
Bajando por la calle, en el número 59 se encontraba "el Pajarcico", hoy cerrado. De los 64 bares que tuvo la calle sólo quedan dos abiertos... en éste el bar se podían juntar comiendo desde mendigos que habían pasado la noche protegidos por los arcos de la Plaza, y al que Eduardo, el dueño les daba un caldico, hasta los residentes de la calle, y "yiyas" procedentes de la parte baja de la calle, ya que a partir del Pajarcico cambiaba el ambiente, primero a tascas y luego a bares de alterne....
Al decir de Oscar "la noche parecía el día" por la cantidad de luces que había en la noche... era el barrio chino de Zaragoza, la calle tenía su final en la calle del Caballo.
¡ Qué sin saber cómo ni adónde
la salud y la edad se hayan huído ¡.
Falta la vida, asiste lo vivido,
Y no hay calamidad que no me ronde.
Ayer se fue, Mañana no ha llegado
Hoy se está yendo sin parar un punto;
Soy un fue y un será y un es cansado.
En el Hoy y Mañana y Ayer junto
Pañales y mortaja, y he quedado
Presentes sucesiones de difunto.
Quevedo