Exposición del patrimonio de la Diputación de Zaragoza.

Ayer estuve en el Palacio de Sástago admirando la exposición que se realiza con el patrimonio de la Diputación provincial de Zaragoza.

De las sesenta obras expuestas las que más me han llamado la atención es "San Jerónimo Penitente" de José de Ribera... recuerdo las explicaciones de Gonzalo Borrás: "Ribera, llamado el españoleto, trajo la pintura tenebrista a España", no se me olvidan las obras de Ribera que apoyaban las las explicaciones del profesor: el martirio de San Andres, la cabeza del Bautista sobre una bandeja y la mujer barbuda, toda una declaración de principios sobre los temas tenebristas.

Me han impresionado las dos tallas procedentes del retablo del Monasterio de la Veruela, corresponden a Hernando de Aragón y Lope de Marco, que fueron abades del monasterio entre 1535 y 1560... además del detalle de los rostros es de admirar el juego de paños de las túnicas.

Una grata sorpresa es poder contemplar las salas del interior del primer piso del Palacio, siempre me las encontraba cerradas. En el techo del salón principal nos encontramos con una alegoría de la ciudad de Zaragoza, encarnada por una majestuosa doncella que posa junto a un cañón que descansa sobre la bandera francesa, junto a la doncella la Virgen del Pilar, abajo el puente del Piedra sobre el Ebro, a la derecha un baturro cantando jotas y enfrente zaragozanos ilustres: Palafox, Pignatelli, Goya...

Otra obra que destacaría es "la crucifixión" del oscense Antonio Saura... la pintura de Saura se encuentra dentro de la corriente informalista y es un grito de la condición humana contra la opresión que en ese momento se vivía en España.

PANTEONES

Veo entre niebla el cementerio en silencio

No pienso en otro mundo: me indigna este

Que se deshace así de los muertos.

Da horror pensar en los restos abandonados.

Más durables que afectos y gratitudes.

Hay que acabar con los panteones y su intolerable perpetuación del olvido.

Todos debemos ser ceniza arrojada al aire,

Volver cuanto antes al polvo

Que en su misericordia nos absuelva y acoja.

JOSE EMILIO PACHECHO