lunes, 16 de noviembre de 2015

París ensangrentada

Recordar es reconstruir... y esto me ha pasado con Paris.


La primera vez que visite París en 1975, Mientras en España se respiraba el plomo en París se olía libertad... Elias, José y yo, fuimos con el 127, estuvimos una semana en la ciudad, pernoctábamos en el camping situado en los Bosques de Bolonia y nos levantamos temprano, aparcábamos el coche junto al Arco de Triunfo y pateábamos la ciudad hasta quedar rendidos...


En 2001 volví a Paris, esta vez en viaje organizado con visita a Euro Disney, ya casado y con dos hijas... el viaje en el bateau por el Sena y visitando los principales monumentos, incluida Torre Effiel, al fondo.

En Zaragoza, para recordar las victimas de París se han hecho varios homenajes, yo he visto los del Arrabal.. me embarga la tristeza y me solidarizo con el sufrimiento de los parisinos; no encuentro respuesta a las alucinantes imágenes que muestran los informativos, aún me embarga la emoción.


Se pocas cosas del terrorismo, se que no odio a las musulmanes, pero no encuentro explicación a los atentados... cuando hayan pasado unos días reflexionare sobre estos acontecimientos tan importantes... me pareció importante la respuesta de la gente desalojada del estadio de fútbol cantando la Marsellesa.

LA MARSELLESA
Marchemos hijos de la patria
que ha llegado el día de la gloria
el sangriento estandarte de la tirania
esta ya levantado contra nosotros (bis)

¿No oís bramar por las campiñas
a esos feroces soldados?
pues vienen e degollar
a nuestros hijos y a nuestras esposas.

¡ A las armas, ciudadanos!
¡formad vuestros batallones!
marchemos, marchemos,
que una sangre impura
empape nuestros surcos.
¿Qué pretende esa horda de esclavos,
de traidores, de reyes conjurados?
¿para quién son esas innobles trabas
y esas cadenas
tiempo ya preparadas? (bis).
¡Para nosotros franceses¿ oh, que ultraje
¿ que arrebato nos debe excitar!
es a nosotros a quienes pretenden sumir
de nuevo en la antigua esclavitud.

¡Y qué! sufriremos que esas tropas extranjeras
dicten la ley en nuestros hogares,
y que esas falanges mercenarias
venzan a nuestros valientes guerreros? (bis)
¡ Gran Dios! encadenas nuestras manos,
tendríamos que doblegar a las frentes bajo el yugo,
los dueños de nuestro destino,
no serían más que unos viles déspotas.

¡ Temblad ! tiranos, y también vosotros, pérfidos,
oprobio de todos los partidos.
¡ Temblad ! vuestros parricidas proyects
van al fin a recibir su castigo (bis).


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