martes, 26 de febrero de 2019

Paseando por el Parque del Agua, Luis Buñuel

El pasado 11 de febrero asistí a la conferencia que sobre el Parque del Agua, Luis Buñuel, impartió el arquitecto Pablo de Cal. Ha sido un buen pretexto para recorrer el parque acompañado por la cámara de fotografías.

El parque del agua se construyó en 2008 sobre la huerta del meando de Ranillas, y junto al parque Grande, José Antonio Labordeta es el mayor de Zaragoza, 120 hectáreas en el que el agua es el protagonista... en una de las diversas lagunas que componen el Parque me encontré con lo bonita escena de dos ocas deslizándose sobre el agua.

El parque tiene zonas inundables, es decir que cuando en el Ebro se producen avenidas, hay zonas en que el agua, como en el pequeño bosque de chopos, en el que el agua inunda el campo, es un nuevo concepto de tartar la naturaleza, no se lucha contra el río poniendo diques o motas, sino que se deja que inunde una parte de la tierra.

A diferencia del resto de parques de Zaragoza, no esta rodeado de edificios, es decir se sitúa en el extrarradio de la ciudad y su entorno limita en el río Ebro. En lo que se parece a los demás parques de la ciudad es que para que tenga vida tiene que ser visitado por los vecinos y para esto se desarrollan multitud de actividades, des un campo golf, a una escuela de equitación y un canal de canal de aguas bravas, que ahora en invierno está de limpieza... además multitud de espacios libres para poder transitar tanto en bici como a pie.

Mi paseo terminó por donde había comenzado, en el recinto Expo. El parque se construyó como parte de la Exposición de Zaragoza del 2008. La mayor parte de lo que fueron pabellones se han reutilizado para oficinas y para la ciudad de la justicia, aún quedan pendientes lo que se pretende que sea un parque empresarial... Aún quedan restos de edificios de su función en original: el Acuario fluvial y el pabellón de España, su arquitectura recuerda los chopos del río.

jueves, 21 de febrero de 2019

 Almendros en flor en los Mondellos (Robres)


La llegada de  la flor a las almendreras es el preludio de la primavera.


Es la época del año más bonita del campo, y quien dice campo dice naturaleza y belleza...
en los Mondellos (Robres), donde esta ubicado el campo de las almendreras es una gozada de poder contemplar las maravillas vistas, de los olores, de las sensaciones que nos produce la vida natural.


Junto a la flores hacen su aparición los insectos, indispensables parala polinización, en la colmena se oye el murmullo de las abejas, pronto saldrán al campo a recolectar las flores para producir la deliciosa miel.


En el suelo aún queda la leña pendiente de recoger, consecuencia de la poda realizada en el mes de enero... ramas y troncos que con ayuda de la motosierra y el hacha se convertirán en combustible para la barbacoa; hace años que en casa retiramos la estufa de leña y la sustituimos por la calefacción de gasoil.


No todas las ramas han sacado la flor, aún quedan brotes verdes, apunto de romper, así es que este fin de semana volveré al campo para escuchar el trinar de las aves, oler a tomillo y admirar el color de la flor del almendro en todo su esplendor. 



El aroma de la leña fresca
Pervivirá entre tus recuerdos últimos cuando caiga el velo.
El aroma de la leña fresca y blanca
En la temporada de la savia, cada primavera:
Como si la vida misma pasara, descalza
Y con rocío en el pelo.
La fragancia extrañamente desnuda
Que se p osta en tu silencio interior,
Delicada, femenina y trigueña,
Y toma por flauta de sauce
La caña de tus huesos.
Con la helada bajo la lengua
Buscas la yesca que prenda una palabra.
Y, gentil como brisa sureña en el pensamiento,
Percibes que aún hay en el mundo
Algo digno de confianza.
HANS BORLI


viernes, 15 de febrero de 2019

14 de febrero, san Valentín y cumpleaños de Viky


El 14 de febrero Viki cumplió años, y para celebrarlo nos fuimos comer al restaurante D´Jorge en Gran Casa..



Son 28 los años que llevamos juntos, pero no revueltos, 28 años que se nos han pasado como en un suspiro, Isabel dos menos...


El 14 de febrero es san Valentín, y en la Casa Amparo se celebra un concurso de "Cartas de Amor", va por la decima edición. Este año el concurso se ha ampliado a los centros de mayores de Zaragoza, así que el concurso se ha enriquecido con la participación de nuevos concursantes.


En esta edición he vuelto ha participar, ya lo había hecho en 2016 y gane el concurso, en esta ocasión no he tenido tanta suerte y he quedado en cuarta posición.


A las cinco y media y  con el teatro lleno, se inició la entrega de premios...yo obtuve un trofeo conmemorativo y un clavel, que le he regalado a Carmen. 



Amigo Hermi:

Te escribo esta carta para decirte que hace un mes que regrese a Casa Amparo y aún no te he visto, como sabrás me llevaron a urgencias por una neumonía y permanecí dos meses en el hospital, dos meses en cama, en los que los recuerdos de los momentos que pase junto a ti me han ayudado para soportar la terrible soledad de la habitación, han sido dos meses sin saber nada de ti, en todo este tiempo he reflexionado como escribirte  para expresarte mis sentimientos.

Todas las mañanas, después del almuerzo, salgo a la terraza de la tercera planta, donde ingrese tras muy vuelta, ya que estoy muy débil y delicada. Desde aquí observo el patio esperando que aparezcas. Cuando entras en el patio es el momento más feliz del día,  que placer me da verte caminar, observo la expresión de tu mirada,  la sonrisa en tu rostro y los grandes y brillantes ojos negros. Mi pensamiento está contigo, y me avergüenzo de  los celos que me atacan cuando estas sentado entre el pino y el ciprés y  como conversas con alguna residente durante un largo rato.

Cuando te marchas vierto lágrimas porque me siento débil. Solo encuentro consuelo al acordarme de los momentos que he pasado junto a ti.

Al llegar la noche, no tengo deseos de dormir, me quedo en la cama a oscuras y me abandono a mis pensamientos, en el silencio pienso en un mañana juntos y felices, porque la felicidad y el amor van unidos.

M embarga una profunda emoción de pensar que al recibir mi carta vendrás a verme, desde aquí, en la galería de la tercera planta, el cielo parece más hermoso, las nubes parecen algodones que flotan sobre nuestras cabezas, es un bello escenario que me despierta la alegría de vivir y me da fuerzas para superar la enfermedad.

No sé si he sabido transmitir el amor que siento por ti, pero te aseguro que en mi corazón siento un fuego que me hace superar la tristeza que me produce la soledad.

Me despido esperando tu pronta visita, sabes que te guardo un profundo respeto y me gustaría tenerte frente a mí para poder contarte las cosas que me han sucedido en estos días que hemos estado separados, además sabes que la suave expresión de tu mirada me produce una paz interior que me da fuerzas para seguir adelante.

Siempre tuya.

Nia

jueves, 7 de febrero de 2019

La abuela Victoria hospitalizada


La semana pasa tuvimos a la abuela Victoria hospitalizada en el Royo Villanova


Después de unos días que respiraba con dificultad fuimos al médico y al día siguiente fuimos a Urgencias del Hospital Royo Villanova, al día siguiente quedo ingresada en la cuarta planta. De neumonía pasó a gripe A, y por riesgo de contagio tuvimos que estar en su habitación con guantes y mascarilla,... afortunadamente la abuela no decayó en ánimo y buen humor.


El lunes ya se levanto de la cama y empezó hacer "sopa de letras", excelente señal de que todo volvía a la normalidad. La abuela compartía habitación con Obdulia, enferma que estaba en pero estado que ella. Espero su pronta recuperación.


Mientras en Robres se estaban celebrando las fiestas de San Blas, así es Carmen no ha podido desplazarse puesto que se quedo con su mamá, así es que fui solito a cenar con la peña en Grañen… lo importantes es que ya en casa la vida vuelve a la normalidad mientras Vitoria sigue su recuperación. Bendita rutina.


En el mes de enero, el hospital San Juan de Dios, estuvo ingresado durante quince días, Oscar, "mi residente" de Casa Amparo, así es que en estos primeros días del 2019 he visitado dos hospitales diferentes de Zaragoza, afortunadamente ambos pacientes se han recuperado con rapidez de sus enfermedades. Espero no volver en mucho tiempo a tener que pisar hospitales.

El corazón me hieren
con languidez
monótona
los infinitos suspiros
de los violines
del otoño.

Cuando llega
esa hora, febril
me siento, y angustiado
Recuerdo
mis días pasados
y lloro.

Mea arrastran
malos vientos
de un lado
a otro empujándome
como una hoja
Muerta.
PAUL VERLAINE