domingo, 24 de enero de 2016

De Ochagavia a Robres 

Esta semana estuvimos en Ochagavia, hermoso pueblo del valle del Salazar en Navarra.


Un manto de nieve cubría la sierra de Abodi, la nieve llegaba hasta el pueblo... hacia años que no pisábamos la nieve.


Las aguas de dos ríos bañan el pueblo: el Zatoia y el Anduña en cuyo cauce se erige el puente románico que comunica las dos pares del pueblo, a un lado se sitúa la iglesia, que estaba cerrada y la subida a la Muskilda, santuario que había estado comiendo con los Sagardoy. Al otro lado del río la plaza, el froton, la redicencia geriatrica.


Caminamos por las estrechas calles del pueblo hasta llegar a la plaza, después comimos en el restaurante Auñamendi, recién restaurado... de ahí pasamos a ver a Jorja, mujer de Pascual Sagardoy y madre de Mariano, mi amigo, ya fallecidos.


De Ochagavia salieron numerosos pastores con sus rebaños de ovejas para la trashumancia... los hemanos Sagardoy se instalaron en Grañen, Poleñino, Robres... en Robres en el Serrallo conservan su casa, la "casa del navarro". Recuerdo que de pequeño iba con Mariano a jugar a su casa.

LA FUNDACION
Has de excavar un túnel angosto, frío y duro,
Para ganar los soles, las fuentes y los valles.
Una topera honda a cuyo extremo halle
Otro paisaje esmeraldino y puro.
En él te aguardará ella: tierna figura viva
Junto a una transparente Fundación de diamante,
Beatriz recordada por otro humilde Dante
Que huella al fin tierra decisiva.
Minaremos entonces, tú y yo, supervivientes,
La Fundación helada, los obstinados muros.
Quizá amanezca el día tras sótanos oscuros
Donde la nada mueve sus torrentes.
Clara centella alcemos, que su fulgor avanza
Mientras reptamos sucios, famélicos, atroces.
De las cegadas voces parecen llegar voces.

Todo nos falta menos la esperanza.

ANTONIO BUERO VALLEJO

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