León y Gijon
Del 23 al 30 de octubre hemos estado Carmen, Isa y yo por tierras astur-leonesas.
El primer día, tras siete horas de viaje llegamos a comer a Astorga, por la tarde a León.
El segundo día asistimos a un concierto de órgano que se celebro en la catedral, el organista Daniel Oyarzabal interpreto obras de Bach, Mendelssohn, Brahms, Mussorgski, Messiaen y Rimki Korsakov... fue un concierto inolvidable en un marco incomparable.
Al tercer día cruzamos el puerto del Escudo y pasamos al principado de Asutias, comimos en Mieres y pernoctamos tres días en la capital, Oviedo... uno de esos días cogimos un cercanías hasta Gijón, por la mañana paseamos por la playa de San Lorenzo, hacia fresquillo y solo los perros tenían valor para bañarse... subimos hasta el cerro de Santa Catalina y bajamos por el lado oeste hasta el puerto.
Por la otra parte de la cima se encuentra el puerto, donde comimos, recordando nuestra estancia de hace veinte años en esta ciudad, estuvimos alojados en el barrio de Somio... que tiempos aquellos, las chicas tenían tres y cinco años y vivía el señor José, por la tarde paseamos por la ciudad y después vuelta a Oviedo.
EL ABUELO VÍCTOR
el pitillo apagado entre los labios
con la boina calada y en la mano
una bara nerviosa de avellano
que recuerda su frente, limpia y clara
Quizás la primavera deshojada
el olor de la pólvora mojada
o el sabor del carbón mientras picaba
El abuelo fue picador allá en la mina
y arrancando negro carbón quemó su vida
Se ha sentado el abuelo en la escalera
a esperar el tibio sol de madrugada
la mirada clavada en la montaña
es su amiga más fiel nunca le engaña
Temblorosa la mano va al bolsillo
rebuscando el tabaco y su librito
y al final como siempre murmurando
que María le esconde su tabaco
El abuelo fue picador allá en la mina
y arrancando negro carbón quemó su vida.
VÍCTOR MANUEL