Vacaciones 2018 en Calafell
Del 1 al 12 de agosto hemos estado de vacaciones en Calafell. Turismo de sol y playa, algo de gastronomía condimentado con un toque cultural.
. 8,30 el desayuno en la terraza del apartamento, junto al mar. Yo ya llevaba un rato levantado y leyendo. Seguidamente nos preparamos los "utensilios" para la jornada en la playa: crema para el sol, sillas, sombrilla, nevera de mano... un año más la abuela Victoria se ha portado como una campeona y no ha faltado no un solo día, en realidad uno porque salió de tormenta. En la playa hemos alternado el baño con los paseos sobre las limpias aguas que bañan la fina arena.
. 14,00 comida. Después la siesta y a las cinco la partida de parchís. merienda y salida cultural, puede ser a otra localidad: Sitges, El Vendrell o dentro del mismo Calafell... subimos al castillo con Isabel, que había llegado el día tres y se fue a Huesca el diez para celebrar la fiesta de San Lorenzo... Otra vez que pudimos admirar los frescos de los restos de pintura románica que se encuentran en la iglesia que ocupa una de los torreones del castillo de Calafell.
Una noche estuvimos en el concierto de habaneras, a la orilla del mar y después, por el módico precio de un euro el quemadillo de ron y el regalo de una pañoleta blanca con el nombre de Calafell.
En varias ocasiones hemos coincidido con los amigos Pilar y Emilio, que tienen el apartamento en la cercana localidad de San Salvador... entonces además de beber hemos tenido apasionadas tertulias en las que han tenido que intervenir las respectivas señoras para apaciguar la discusión, y es que los dos somos muy apasionados defendiendo nuestros puntos de vista.
He andado muchos caminos,
he abierto muchas veredas;
he navegado en cien mares,
y atracado en cien riberas.
En todas partes he visto
caravanas de tristeza,
soberbios y melancólicos
borrachos de sombra negra,
y pedantones al paño
que miran, callan y piensan
que saben, porque no beben
el vino de las tabernas.
Mala gente que camina
y va apestando la tierra...
Y en todas partes he visto
gentes que danzan o juega,
cuando pueden, y laboran
sus cuatro palmos de tierra.
Nunca, si llegan a un sitio,
preguntan adónde llegan.
Cuando caminan, cabalgan
a lomos de mula vieja,
y no conocen la prisa
ni aun en los días de fiesta.
Donde hay vino, beben vino;
donde no hay vino, agua fresca.
Son buenas gentes que viven,
laboran, pasan y sueñan,
y en un día como tantos.
descansan bajo la tierra.
ANTONIO MACHADO
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