sábado, 4 de mayo de 2019

La piedra arenosa

En robres, como todos los años el uno de mayo,nos fuimos a comer con la cuadrilla.


En esta ocasión el lugar elegido fue el Bedau, junto a la piedra arenosa; las rocas areniscas se forman a partir de acumulación de granos de arena en el fondo del océano.
Antes de comer tomamos un vermú casero, después unas ensaladas y el plato fuerte sartenada cocinada por Carmen Maza, en total estábamos 17 personas.



Después de los postres, cafés y carajillos unos cuantos nos acercamos andando hasta la piedra arenosa, la mítica piedra de Robres, y digo mítica porque todos (o casi todos) tienen una roca mitológica. 
Tendría cinco años cuando subí por primera vez, estaba en la escuela y con la merienda en mano nos acercamos hasta este lugar. Desde entonces habré visitado la piedra arenosa una media docena de veces.



Entre las grietas producidas por la erosión del agua y el viento ha nacido vegetación y en la superficie de la piedra se pueden ver la huellas de los distintos visitantes que hasta aquí se han acercado, claramente se distingue la de mi prima Maribel Gros. Con Miguel, por la parte trasera, más accesible subimos hasta la cima.



Entre sabinas, pinos y ramas secas destacan las chicas de la cuadrilla: Carmen, Gero, Carmen, Lourdes y Gloria que nos acompañaron en esta pequeña marcha por la cresta de la Puntaza. 
El tiempo veraniego nos acompaño en éste estupendo día que pasamos en la Sierra de Robres. 



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