En Badajoz, Cáceres, Mérida y Trujillo
En nuestra estancia en el Balneario hemos aprovechado las tardes, de tres a nueve que se servía la cena para visitar las principales ciudades de la región extremeña.
Trujillo "Cuna de Conquistadores", es la primera ciudad que visitamos. En Trujillo nació Pizarro, Orellana, García de Paredes. Empezamos nuestra visita por la plaza Mayor, donde se encuentra la
estatua ecuestre en bronce de Pizarro, no me extraña que los indios lo vieran como un dios, hay que situarse bajo la figura ecuestre para impresionarse: el casco con unos cuernos de medio metro, la armadura que reflejaba los rayos del sol y montado en un caballo desconocido para los incas... la plaza es de grandes dimensiones, bordeando la plaza visitamos dos palacios de estilo renacentista, se nota que llegaba el oro americano... subimos por calles empinadas hasta llegar al castillo, junto se encuentra la alcazaba, con buenas vistas de la ciudad y del valle. La bajada al coche la realizamos por un entramado de calles entre las que se encuentran varias iglesias: la de san Martin, más nos gusto Santa María la Mayor, subimos a la torre y donde tocamos despacito las campanas; en el interior destaca en el coro un magnifico órgano.
Cáceres nos sorprendió por su belleza; la plaza Mayor es el centro de la ciudad monumental,desde aquí pasando por un arco abierto en la muralla accedimos a la ciudad medieval, donde se encuentra además de varias iglesias: San Mateo, San Francisco Javier y la catedral, más importantes son los palacios: De los Golfines, Episcopal y el que más nos ha gustado ha sido el Palacio de las Veletas, con excelente museo y en la parte inferior un aljibe árabe... la tarde se nos hizo corta, ¡ habrá que volver !
Badajoz está a 85 kilómetros del Balneario, así es que pasamos el día entero, comimos junto al río Guadiana, el día estuvo gris. La capital es la menos monumental de las ciudades extremeñas que visitamos, nuestra visita comenzó por la catedral, donde se celebraba una boda de alto postín, me llamo la atención las pantallas de video enfocadas al altar mayor y situadas en las columnas para poder seguir en directo la ceremonia. De la plaza España pasamos al ayuntamiento hasta llegar a la plaza Alta, con casas mudéjares y subimos hasta la alcazaba, donde visitamos el museo arqueológico, después de recorrer la muralla bajamos a la otra orilla del Guadiana. Varios puentes han construido sobre éste río desde la otra vez que pase por esta ciudad, recuerdo que iba para Lisboa y la cola de coches de la frontera llegaba hasta Badajoz, la frontera portuguesa hasta a tan solo ocho kilómetros.
Mérida, histórica capital de la Lusitania romana y actual de Extremadura es la ciudad que conserva un mayor legado de época romana. Sacamos un tiket para poder visitar los seis restos arqueológicos más importantes, tuvimos que ir dos tardes. El teatro romano es la obra más espectacular, albergaba a 6.000 espectadores, espectacular el frente de escena, compuesto por dos cuerpos de columnas culminadas con friso y cornisa. Junto al teatro el anfiteatro, donde se realizaban las luchas de gladiadores y un poco más alejado el circo, para las carreras de cuadrigas. En la misma calle encontramos el Museo Nacional de Arte Romano, donde se pueden admirar las obras escultóricas que adornaban los anteriores monumentos. Alcazaba, Acueducto, en el río Guadiana puente romano y en la ciudad entre edificios modernos aparecen obras de época antigua como el templo de Diana, Casa Mitreo y columbarios...
En el coche, volviendo de Badajoz por la autovía al Balneario le estaba comentando a Carmen que hace cuarenta que había parado en Badajoz de paso a Lisboa, me acompañaba Natalias, amigo ya fallecido, en el coche escuchábamos un casette de Silvio Rodriguez, le encantaba y lo ponía continuamente, de pronto en Radio Tres, mi emisora favorita, escucho "Ojala", en versión de la Maravillosa Orquesta del Alcohol ( La M.O.D.A). Son cosas que pasan ¡cuarenta años después!
Ojalá que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan
para que no las puedas convertir en cristal
ojalá que la lluvia deje de ser el milagro que baja por tu cuerpo
ojalá que la luna pueda salir sin ti
ojalá que la Tierra no te bese los pasos.
Ojalá se te acabe la mirada constante
la palabra precisa, la sonrisa perfecta
ojalá pase algo que te borre de pronto
una luz cegadora, un disparo de nieve
ojalá por lo menos que me lleve la muerte
para no verte tanto, para no verte siempre
en todos los segundos, en todas las visiones
ojalá que no pueda tocarte ni en canciones
Ojalá que la aurora no de gritos que caigan en mi espalda
ojalá que tu nombre se le olvide esa voz
ojalá las paredes no retengan tu ruido de camino cansado
ojalá que el deseo se vaya tras de ti
a tu viejo gobierno de difuntos y flores
SILVIO RODRIGUEZ
https://www.youtube.com/watch?v=LfQ-PpzSj2Y