domingo, 19 de febrero de 2023

Visitando Almería capital 

Los días 11 y 12 por la mañana cogimos, en la puerta del hotel, el bus 330, a las nueve de la mañana y recorrimos los veinticinco kilómetros que nos separan de la capital de Almería. Más de una hora dura el trayecto debido a las diversas paradas que realiza el autobús.


El sábado salimos de la estación y caminando paralelos al puerto llegamos al parque Salmerón hasta la puerta de la Alcazaba, el principal monumento de la ciudad. Es la mayor de todas las fortalezas musulmanas que he visitado. Cerca de la entrada me saludo a Abderramán III, que la mando construir.; más  de dos horas nos llevo el recorrido por el interior de las distintas dependencias: salones, jardines, fuentes, estanques, torreones...


La catedral tiene un aspecto de fortaleza, en la fachada destaca el juego de columnas y frisos con relieves. El interior es oscuro y como se celebraba misa no pudimos apreciar el altar mayor ni las esculturas. Cerca de la catedral visitamos el convento de las Puras habitado por monjas de clausura en el interior recorrimos la iglesia, el claustro y dependencias de las monjas. 


De vuelta a Estación Intermodal Paseamos por la Avenida García Lorca El principal y más bonito bulevar de la ciudad. Al día siguiente volvimos a pasear bajos las palmeras de la Rambla de Federico García Lorca hasta llegar a la  Puerta de Purchena me lleve una pequeña desilusión pensaba que era una puerta de acceso a la ciudad y resultó ser una plaza,  pero para plaza bonita la Plaza Vieja.


 De los museos que hemos visitado destaco dos que las guías no citan como importantes:  La casa del poeta Dedicado a José Ángel Valente. Mejor aún que el museo ha estado el guía, nos ha ilustrado sobre la vida y obra de este poeta para nosotros desconocidos y además nos ha mostrado "el secretillo", un pasadizo secreto, al que se accede tras mover la estantería de libros...El museo de la Guitarra dedicado  a la figura de Antonio Torres (1817-1892), ilustre lutier cuyos instrumentos fueron adquiridos por los guitarristas clásicos de la talla de Francisco Tárrega, Andrés Segovia o Regino Sainz de la Maza quienes consideraban sus guitarras como auténticas joyas musicales. 

 

Defensa de la alegría

Defender la alegría como una trinchera

Defenderla del escándalo y la rutina

De la miseria y los miserables

De las ausencias transitorias

Y las definitivas.

Defender la alegría como un principio

Defenderla del pasmo y las pesadillas

De los neutrales y de los neutrones

De las dulces infamias

Y los graves diagnósticos

Defender la alegría como una bandera

Defenderla del rayo y la melancolía

De los ingenuos y de los canallas

De la retórica y los paros cardiacos

De las endemias y las academias

Defender la alegría como un destino

Defenderla del fuego y de los bomberos

De los suicidas y los homicidas

De las vacaciones y del agobio

De la obligación de estar alegres.

Defender la alegría como una certeza

Defenderla del óxido y la roña

De la famosa pátina del tiempo

Del relente y del oportunismo

De los proxenetas de la risa.

Defender la alegría como un derecho

Defenderla de dios y del invierno

De las mayúsculas y de la muerte

De los apellidos y las lastimas

Del azar.

Y también de alegría.


 MARIO BENEDETTI


No hay comentarios:

Publicar un comentario