Cabo de Gata
Para realizar la visita al Cabo de Gata alquilamos un coche, un Peugeot 208. Salimos a las diez de la mañana del hotel, una hora nos llevo llegar hasta el pueblo Cabo de Gata
Cabo de Gata es el primer pueblo que paramos, con fuerte viento de levante el cielo gris. A la entrada del pueblo una barca blanca, nos indica que en el pueblo hay pescadores. Encontramos solo un bar, que esta cerrado por obras, uno de los albañiles me pregunta que de donde somos y le contestamos de Zaragoza, nos indica que tiene familia en Zaragoza en el barrio de San José. Paseamos entre las bajas casas blancas de pueblo sin ver a nadie por las calles. Después seguimos por la carretera que serpentea la montaña hacia el faro.
Bajamos hasta la playa del faro, en la costa entre acantilados, rocas e isletas encontramos varios railes para mover (de entrada y salida) barcas hasta el mar, creo que no son para pescar sino para hacer submarinismo.
A esta zona la llaman Arrecife de las Sirenas Porque según la leyenda esta zona estuvo poblada de focas monje, que los navegantes confundían sus gritos con los cantos de sirenas... de aquí nos dirigimos San José.
En San José Paramos a comer, el pueblo de San José es el más turístico del Cabo de Gata, con puerto pesquero y deportivo y casas blancas construidas en la falda de la montaña. Después de la comida paseamos por la localidad. A las cuatro seguimos ruta en dirección a Los Escullos. en el que encontramos con el castillo de Sa Felipe, fortificación defensiva contra los piratas que asolaban estas poblaciones. La siguiente población es Rodalquilar .de la que recuerdo cuando estudiaba que era la única población española que tenía miras de oro. ¡No las vimos! el siguiente pueblo fue Las Negras. según mi guía de viajes vivía una colonia Hippie, tan solo apreciamos en una calle varias personas entradas en edad con aspecto "distinto". Seguimos nuestro viaje a la Playa de los muertos .en la localidad de Agua Amarga. Después de echar unas fotos en un mirador seguimos dirección a Carboneras no paramos porque empezaba anochecer, en Carboneras sobresale la alta torre de la térmica. De aquí nos dirigimos a Roquetas, pasando por Almería, nos encontramos con bastante más tráfico que por la mañana.
La vuelta a casa tuvo su gracia nos hicieron madrugar a las cinco de la mañana para coger el avión a las ocho y media y resultó que este se averió y tuvimos que regresar en bus, primero hasta Madrid y luego a Zaragoza. A las doce de la noche llegamos a nuestra casa.
Por eso me gusta Almería. Porque no tiene Giralda
ni Alhambra. Porque no intenta cubrirse con ropajes
ni adornos. Porque es una tierra desnuda,
verdadera...
JUAN GOYTISOLO
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