lunes, 27 de marzo de 2023

 Muel pueblo de cerámica y cascadas

Ayer, domingo 26 estuvimos pasando el día en Muel, fuimos con nuestros amigos de Re Late A las ocho de mañana ya estábamos en la estación de Delicias para coger el tren que llega hasta Valencia. En menos de una hora realizo el recorrido. un tren viejo y que sonaba como carracla.


A las empezamos la marcha siguiendo el cauce del río Huerva hasta la cercana localidad de Mezalocha. En la salida nos encontramos con una cascada. En enero de 2014 estuvimos, en esa ocasión con Pleyades En esa ocasión nuestra marcha fue hasta la presa romana de Mezalocha... Sobre las doce llegamos a las primeras casas de Mezalocha.


Vadeamos el rio Huerva por un amplio puente, el fresco de la mañana había dejado paso al calor. Y volvimos por la margen derecha del río, frente a la otra orilla, que caminos junto al rio por entre chopos y tamarices, en este lado derecho nos encontramos con árboles frutales: almendros, olivos y melocotoneros y perales en flor. Además de varios huertos y algún campo de cebada.



Terminada la marcha la foto de familia, alrededor de cuarenta participantes, en el que el buen humor y la camaradería no falto en ningún momento, Carmen se ha hecho socia de la Asociación Relate, conforme vamos teniendo contacto con el grupo vamos haciendo más amigos: Pilares, Olga, Ángelines, Juanjo, Ciriaco y muchos más...



Antes de pasar a comer a la Fonda, como hace quince años pasamos por un taller alfaharero; En Muel tienen una escuela taller de cerámica, es importante que no se pierdan los oficios tradicionales, seguidamente pasamos a visitar la ermita de la Virgen de la Fuentes, en la que Francisco de Goya pintó las pechinas. Una pena que nos falló la guía, no se presento, las vimos detrás de una reja y solo las frontales. En cualquier caso podíamos contemplar loa frescos del pintor universal.

La comida en la Fonda de Muel, bien con sabor y en abundancia. Yo comí unas pochas con conejo escabechado y setas y de segundo codillo. Todo regado con abundante vino de Cariñena, y como nos llevaba el tres hasta tomé un carajillo de coñac...



Le gustaba decir que lo imposible

No es más que lo posible que ignora.

Era uno de esos hombres que respiran

El aire caudaloso de los libros

Y piensa

Que la sed de la vida solamente la calma

El agua dulce del conocimiento.

                             BENJAMIN PRADO


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