Barcelona en la ciudad Gótica y el Born

Pasado el 23, San Jorge, seguimos unos días en Barcelona,  uno de ellos nos apuntamos a un Free Tour por los barrios Gótico y del Born.

 A las diez de la mañana estábamos en la Plaza de Cataluña, el grupo de veinte personas nos dirigimos por las Ramblas hasta la calle Ferrán y de aquí a la plaza San Jaime donde empezó el tour, en la plaza enfrentadas las fachadas del Ayuntamiento y el palacio de la Generalidad empezó la explicación del guía. Paseando por estrechas calles llegamos a la catedral, el guía nos ofrece una explicación sobre el edificio deteniéndose en detallarnos las gárgolas. En el anterior viaje a Barcelona visitamos el claustro con palmeras y naranjos.

En el barrio gótico nos encontramos con bellas plazas como San Felipe Nerí, cuyas piedras aún conservan huellas del pasado, la plaza del Rey, en cuyo palacio el rey Fernando el Católico sufrió un atentado o rincones como el patio del Archivo histórico. En el recorrido también nos encontramos con vestigios romanos: la columnas de Augusto, restos del foro, murallas de la ciudad, acueductos. De época medieval paseamos por la judería, deteniéndonos en la puerta de la sinagoga. 

Del barrio gótico pasamos al Born. El principal edificio es la basílica de Santa María del Mar. El guía hizo referencia a la famosa novela "la catedral del mar" en la que se relata el trabajo de trasladar al hombro las piedras desde la cantera de Montjuic. El guía se despidió frente al antiguo mercado del Born, hoy convertido en centro cultural. Nosotros entramos en el mercado de Santa Catalina para tomar el vermut y comprar algo de comida.

La mañana la terminamos paseando por el parque de la ciudadela con fotografía incluida delante del arco de triunfo;  como la primera vez que estuve en Barcelona, hace sesenta años que mis tíos que me llevaron al zoo, que está cerca me sacaron una fotografía delante del arco de triunfo para mandarla a los padres.

Por la noche nos invitaron a cenar nuestros amigos Pili y José Antonio, de Villanueva de Sigena y Albalatillo... nos retiramos temprano porque al día siguiente era la vuelta a Zaragoza, en nuestro coche,  este viaje lo cogimos para llevar la caja de herramientas y hacer algún trabajo en la vivienda de Vicky. 

 

 Fiesta del libro y la rosa

El 23 de abril se celebra la fiesta del libro, También es la fiesta de nuestra comunidad de Aragón. Este año San Jorge no ha pillado en Barcelona, habíamos llegado el día anterior. Aquí además la fiesta del libro se celebra con la Rosa.

A las diez de la mañana ya estábamos en le Paseo de Gracia, nos gusto la fachada de Casa Batlló decorada con grandes rosas. El paseo estaba cortado para que las librerías expusieran sus libros. Nos llamó la atención una larga fila de chicas jóvenes, les preguntamos a quién esperaban y nos sorprendieron porque era Alice Keller, autora desconocida para nosotros, esta escritora especializada en literatura romántica.

Paseamos por las Ramblas hasta llegar a Biblioteca de Cataluña, la entrada era libre. La biblioteca esta situada en el antiguo hospital de Santa Cruz, en el barrio del Rabal. En este hospital falleció Antonio Gaudí, lo había atropellado un tranvía y pensando que era  un vagabundo lo trajeron a este hospital que era de la beneficencia. En la visita disfrutamos de las múltiples salas reconvertidas en biblioteca. Además disfrutamos con un la actuación de un coro juvenil.

A la una del mediodía nos dirigimos a la fábrica de cervezas Damm en el patio interior se celebraba una fiesta, así que entre cerveza y cerveza escuchamos a los grupos Selvanua y los Catarras. Con el calor y las birras la temperatura subió unos grados, así que después de un pequeño bailoteo nos retiramos a comer y descansar para la tarde.

Por la tarde visita al Ayuntamiento que en día tan señalado la entrada era libre. En las dos horas que duró la visita recorrimos las múltiples dependencias del edificio: salones de las crónicas, del buen gobierno, del trabajo, del ciento, de Carlos III, de la ciudad, así como las salas de Tapiés, en el que colgaba un gran cuadro del pintor, la sala del Plenario de Carlos Pi Sunyer, del Consulado de Mar y el despacho de honor de la alcaldesa, Ada Colau, a la que por cierto tuvimos ocasión de saludar.

Sobre las nueve de la noche nos retiramos, no sin comprar un libro, fue Carmen la que adquirió el último sueño de Pedro Almodóvar. Que según las crónicas tuvo magnifica venta.  

Todas íbamos a ser reinas,

De cuatro reinos sobre el mar:

Rosalía con Ifigenia

Y Lucia con Soledad

Lo decíamos embriagadas

Y lo tuvimos por verdad,

Que seriamos todas reinas

Y llegaríamos al mar.

Con las trenzas de los siete años,

Y batas claras de percal,

Persiguiendo tordos huidos

En la sombra del higueral.

Cuatro esposos desposarían,

Por el tiempo de desposar,

Y eran reyes y cantadores

Como David, rey de Judá.

Todas íbamos a ser reinas,

Y de verídico reinar,

Pero ninguna ha sido reina,

Rosalía con  Ifigenia

Y Lucia con Soledad

                                    GABRIELA MISTRAL

 

 Conferencia sobre Simone Weil

Ayer día 19 estuve en el Centro de la Estación del Norte en la conferencia organizada por la Asociación de Mujeres Latinoamericanas INARU.

La conferencia impertida por Mailer Mattie versó sobre la vida y obra de la filosofa Simone Weil, desconocida para mi, Simone publicó 16 obras, en gran medida son recopilaciones de cartas, artículos y ensayos. Su obra más conocida es Raíces del existir. Simone en constante reflexión sobre la civilización de su época, su pensamiento se enmarca en dos ejes, la ética y el misticismo por un lado, la política, por otro desde su mirada de rebeldía y compromiso con la libertad, la belleza, la justicia y la verdad.

Mailer Mattie estudiosa venezolana que junto a la mexicana Silvia María Vallas estudian, divulgan y profundizan en el Instituto Simone Weil. En la conferencia Mailer profundizó en el pensamiento y el compromiso de Simone, que le llevó a dejar Paris para llegar a Barcelona en julio de 1936, integrándose en la famosa Columna Durruti, que había salido de Barcelona el 24 de julio con intención de ocupar Zaragoza, en poder de los sublevados, integrada entonces por 2500 milicianos. La Columna Durruti llegó hasta Pina de Ebro, a 40 kilómetros de Zaragoza, aquí sufrió una grave quemadura con aceite hirviendo y le envían al hospital de Sitges y desde allí regresa a Francia. 

En París impregnada de la atmósfera de la guerra española escribió El diario de España en el que transmite su reflexiones de una experiencia que, en sus propias palabras "tantos obreros y campesinos pagaban con su sangre. Lo que llama su atención es la naturalidad con la que se impone el hecho de matar. No hay nada más natural que matar. La necesidad de matar se instala como una atmósfera que envuelve y penetra a los partidarios de una causa, los embriaga y les hace olvidar los fines de la lucha. La necesidad de matar invalida los objetivos de la lucha" Afirma que la guerra comienzo siendo una lucha entre campesinos y terratenientes y terminó en una guerra entre Rusia, Alemania e Italia.

En la conferencia me lleve una bonita sorpresa, me encontré a Mónica y Emilio, ex compañeros en la Facultad, que por cierto están a  punto de terminar la restauración y está quedando muy guapa. Por cierto que era el cumpleaños de Emilio, así que nos invito a cava. El reencuentro ha sido inmortalizado por Manuel F. Minaya, fotógrafo oficial de la Asociación INARU y que amablemente me ha cedido las fitogeografías.

La Asociación ha programado dos conferencias más, el 18 de mayo a cargo de Juan Manuel Aragüés sobre Silvia Rivera Cusicanqui y el 13 de junio será Carmen Magallón quien diserte sobre Petra Kelly.

 

 

 La balsa de la Sierra y el corral de Rosa

Esta semana hemos estado en Robres y el sábado 8 por la mañana estuvimos paseando por la Sierra de Alcubierre

Con el coche, en segunda marcha subimos por la empinada cuesta de la Cabañera, pasamos el primer refugio y llegamos a la balsa de la Sierra. Desde aquí las vistas de la Hoya de Huesca son magnificas. Pronto llegó un rebaño de ovejas conducido por Ramón que iba abrevar, supongo que encierra en la paridera nueva, que se aprecia al fondo entre los blancos molinos de metal. Hace unos años, cuando la Sierra estaba poblada de ovejas era el lugar más importante, aquí se juntaban pastores y rebaños.

Pasada la balsa llegamos a la paridera de Rosa, de todos los carrales esta es la que más aprecio le tengo porque es donde pernoctaba el abuelo Cayetano mientras era pastor para los de Rosa. En aquellos tiempos en Robres solo había cuatro coches así es que los pastores bajaban una vez por semana, a veces cada dos para lavar la ropa y ver a la familia. Con la cuadrilla hemos pernoctado en varias ocasiones en esta paridera.

 

En la actualidad dos de las parideras "históricas" están restauradas, además del suelo de cemento y el reforzamiento con mortero de las paredes de piedra han realizado bancos y mesas de obra para poder comer y merendar. En el corral de Rosa, la caseta del pastor tiene dos pisos, la chimenea estaba e el superior, han derribado la chimenea y han realizado una barbacoa para poder hacer fuego. También han puesto nuevas las ventanas. Al parecer estas mejoras las ha realizado la empresa que pone los molinos, por acuerdo con el Ayuntamiento.

Aparcamos el coche y vamos caminado, primero nos encontramos con el corral de Gil y cerca con el Barranco de las Carnigüelas, el más profundo de la Sierra en Robres. Caminamos con Viky, Isa se quedo en Zaragoza trabajando, que el hospital no coge fiesta... Pasado un rato llegamos cerca de la ermita de San Blas el Viejo, nos dimos media vuelta hacia el coche, con el pinchazo de alguna aliaga que están en pleno desarrollo. 

 

Ropa dócil de a diario,

Siempre no mantendrás ese

Aspecto único y joven.

Debes aprender tus límites:

Enfado, solaz y sueño

Esos signos implacables.

Del áspero e incesante

Y arenoso viento: el tiempo.

Has de engordar y ceder

Como vieja bolsa para

Un nombre manchado. Sécate,

Pues, endurécete y cae

Y perdóname si cuando

Eras nueva no encontré

Ninguna fiesta vistosa

En que lucirte, tal como

Las ropas tienen derecho

Hasta que cambia la moda.

                                                                  Philip Larkin