lunes, 10 de abril de 2023

 La balsa de la Sierra y el corral de Rosa

Esta semana hemos estado en Robres y el sábado 8 por la mañana estuvimos paseando por la Sierra de Alcubierre


Con el coche, en segunda marcha subimos por la empinada cuesta de la Cabañera, pasamos el primer refugio y llegamos a la balsa de la Sierra. Desde aquí las vistas de la Hoya de Huesca son magnificas. Pronto llegó un rebaño de ovejas conducido por Ramón que iba abrevar, supongo que encierra en la paridera nueva, que se aprecia al fondo entre los blancos molinos de metal. Hace unos años, cuando la Sierra estaba poblada de ovejas era el lugar más importante, aquí se juntaban pastores y rebaños.


Pasada la balsa llegamos a la paridera de Rosa, de todos los carrales esta es la que más aprecio le tengo porque es donde pernoctaba el abuelo Cayetano mientras era pastor para los de Rosa. En aquellos tiempos en Robres solo había cuatro coches así es que los pastores bajaban una vez por semana, a veces cada dos para lavar la ropa y ver a la familia. Con la cuadrilla hemos pernoctado en varias ocasiones en esta paridera.

 


En la actualidad dos de las parideras "históricas" están restauradas, además del suelo de cemento y el reforzamiento con mortero de las paredes de piedra han realizado bancos y mesas de obra para poder comer y merendar. En el corral de Rosa, la caseta del pastor tiene dos pisos, la chimenea estaba e el superior, han derribado la chimenea y han realizado una barbacoa para poder hacer fuego. También han puesto nuevas las ventanas. Al parecer estas mejoras las ha realizado la empresa que pone los molinos, por acuerdo con el Ayuntamiento.


Aparcamos el coche y vamos caminado, primero nos encontramos con el corral de Gil y cerca con el Barranco de las Carnigüelas, el más profundo de la Sierra en Robres. Caminamos con Viky, Isa se quedo en Zaragoza trabajando, que el hospital no coge fiesta... Pasado un rato llegamos cerca de la ermita de San Blas el Viejo, nos dimos media vuelta hacia el coche, con el pinchazo de alguna aliaga que están en pleno desarrollo. 
 

Ropa dócil de a diario,

Siempre no mantendrás ese

Aspecto único y joven.

Debes aprender tus límites:

Enfado, solaz y sueño

Esos signos implacables.

Del áspero e incesante

Y arenoso viento: el tiempo.

Has de engordar y ceder

Como vieja bolsa para

Un nombre manchado. Sécate,

Pues, endurécete y cae

Y perdóname si cuando

Eras nueva no encontré

Ninguna fiesta vistosa

En que lucirte, tal como

Las ropas tienen derecho

Hasta que cambia la moda.

                                                                  Philip Larkin


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