La balsa de la Sierra y el corral de Rosa
Esta semana hemos estado en Robres y el sábado 8 por la mañana estuvimos paseando por la Sierra de Alcubierre
Con el coche, en segunda marcha subimos por la empinada cuesta de la Cabañera, pasamos el primer refugio y llegamos a la balsa de la Sierra. Desde aquí las vistas de la Hoya de Huesca son magnificas. Pronto llegó un rebaño de ovejas conducido por Ramón que iba abrevar, supongo que encierra en la paridera nueva, que se aprecia al fondo entre los blancos molinos de metal. Hace unos años, cuando la Sierra estaba poblada de ovejas era el lugar más importante, aquí se juntaban pastores y rebaños.
Pasada la balsa llegamos a la paridera de Rosa, de todos los carrales esta es la que más aprecio le tengo porque es donde pernoctaba el abuelo Cayetano mientras era pastor para los de Rosa. En aquellos tiempos en Robres solo había cuatro coches así es que los pastores bajaban una vez por semana, a veces cada dos para lavar la ropa y ver a la familia. Con la cuadrilla hemos pernoctado en varias ocasiones en esta paridera.
En la actualidad dos de las parideras "históricas" están restauradas, además del suelo de cemento y el reforzamiento con mortero de las paredes de piedra han realizado bancos y mesas de obra para poder comer y merendar. En el corral de Rosa, la caseta del pastor tiene dos pisos, la chimenea estaba e el superior, han derribado la chimenea y han realizado una barbacoa para poder hacer fuego. También han puesto nuevas las ventanas. Al parecer estas mejoras las ha realizado la empresa que pone los molinos, por acuerdo con el Ayuntamiento.
Ropa dócil de a diario,
Siempre no mantendrás ese
Aspecto único y joven.
Debes aprender tus límites:
Enfado, solaz y sueño
Esos signos implacables.
Del áspero e incesante
Y arenoso viento: el tiempo.
Has de engordar y ceder
Como vieja bolsa para
Un nombre manchado. Sécate,
Pues, endurécete y cae
Y perdóname si cuando
Eras nueva no encontré
Ninguna fiesta vistosa
En que lucirte, tal como
Las ropas tienen derecho
Hasta que cambia la moda.
Philip Larkin
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