Entre Eriste y Benasque
Los días del 25 al 29 de agosto los hemos pasado por la Comarca del Ribagorza, alojados en un apartamento de Benasque.
El domingo 25 a las once llegamos a Eriste, aparcamos el coche junto al pantano Linsoles. Desde aquí nos dirigimos hasta la Casa de Conques, ahora cerrada, en otro tiempo los pueblos de Monegros realizaban colonias para el verano. Isa y Vicky estuvieron en una ocasión. Incluso me aloje en alguna ocasión recuerdo que la primera vez, fue la semana después de la fiesta de Robres, sin dormir, subimos con Mariano, que había estado de monitor y recogimos el mobiliario, para setiembre se cerraba la casa. Con el tiempo y ante la carestía de las reparaciones se decidió cerrarla.
Después de comer y tomar posesión del apartamento realizamos un paseo hasta Anciles, pequeña aldea de casas señoriales a tres kilómetros de Benasque, me llamó la atención la gran cantidad de nuevos apartamentos construidos desde la última ocasión en que visitamos el pueblo.
A la siguiente mañana, partiendo desde Eriste nos dirigimos hasta la
cascada de Espigantosa, seguimos el cauce del río y después de pasar por un bonito mirador vadeamos el río por el
puente Tramarrius. Dos horas llevamos andadas cuando llegamos a la cascada. Cuando acampábamos en estos valles, hasta hace pocos años, nuestras marchas eran a Picos e ibones: el Portillón, lagos azules, Escarpinosa, Batisielles.. ahora
¡nos conformamos con llegar hasta las cascadas! por cierto muy bonitas. La comida la realizamos en el hostal Los tres Picos, cuya dueña es ya vieja conocida, cuando las chicas eran pequeñas y subían a esquiar realizamos alguna pernoctación.
El tercer día, subimos hasta Cerler, el pueblo más alto de Aragón, aparcado el coche, a la salida del pueblo iniciamos la marcha de las Tres Cascadas. Es una marcha circular, y de las Tres Cascadas la Primera es la más espectacular, se pasa delante de la cascada por un puente de hierro y al llegar al otro lado tienes que agarrarte a una sirga clavada en la roca para no resbalar porque llega el agua. En la montaña siempre aparece la aventura. De vuelta a Cerler, por los prados avistamos varios rebaños de vacas, según nos comenta José Mary las están cambiando de valle, también pudimos ver el pico Perdiguero, para mi el más bonito del Pirieo. Como la marcha fue corta, no llegó a tres horas, callejeamos por el pueblo viejo de Cerler, a Carmen le gustaron lo floreadas que estaban las fachadas de las casas de piedra negra.
Por la tarde llegaron a Benasque nuestros amigos Ana y José Mary, que viven en esta localidad. Nos invitaron a cenar en su casa y preparamos la marcha del día siguiente.
A las 9 cogemos el coche y aparcamos junto al hotel Turpi, emprendemos la marcha del Sendero Botánico. Un cartel indica que "Este sendero, es un antiguo camino que unía el Reino de Aragón con el sur de Francia por la Bal de Benás (Valle de Benasque". Siguiendo el cauce del rio Ésera pasamos por las gorgas de Alba, gorga en aragonés significa gruta. El bosque por donde caminamos predominan boges y pinos hasta llegar a una zona de hayas, espectaculares por su altura, por fin a la cascada de Alba, desde una pasarela se va la gran poza realizada por la fuerza de la caída del agua. Descansamos un rato y vuelta hasta el hotel Turpi, aquí tomamos vermut y vuelta a Benasque, ¡Ana y José Mari otra vez nos invitan! da gusto tener amigos así. GRACIAS.
Por la tarde visita turística cultural por Benasque: Palacio del Conde de Ribagorza, convertido en centro cultural, la iglesia, la biblioteca y la escuela En la que Ana trabajo más de treinta años.
El jueves vuelta para Zaragoza, con parada en Castejón de Sos, Carmen necesita ir a la farmacia, mientras, yo mientras observo a gente haciendo parapente. El viaje se hace largo porque están de obras en la carretera y se corta por momentos.
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