domingo, 13 de noviembre de 2016

La sonrisa de Bakunin


Nuestro gato Bakunin esta enfermo.


Mientras nosotros estábamos de viaje Bakunin se produjo una herida en el cuello,Viky, que estaba sola en casa, se asusto y nos mondo una fotografía y lo tuvo que llevar al veterinario... hemos tenido que pincharle, y como Isa, la enfermera de la casa estaba con nosotros de viaje, Acran nuestro nuevo vecino, que es doctor, ha sido quien le ha puesto las inyecciones.


Baunin, siamés de pelaje fino y estirado que acentúa su elegante figura. nació en agosto de 2004, tiene ya dieciséis años cumplidos, y lleva con con nosotros más de diez años... Carmen es su preferida, seguramente es porque más mimos le hace, a los demás nos hace caso cuando no esta ella.


En el cuello aún se aprecian los restos de la herida, pero ya se han terminado las inyecciones y le ha vuelto la gana de comer, el gato ya está normal y la tranquilidad ha vuelto a la casa... creo que fue Milan Kundera quien escribió: "En el mismo comienzo del Génesis está escrito que Dios creó el hombre para confiarle el dominio sobre los animales, claro que el Génesis fue escrito por un hombre y no por un animal. No hay seguridad alguna de que Dios haya confiado al hombre el dominio de otros seres. Más bien parece que el hombre inventó a Dios para convertir en sagrado el dominio sobre los animales, que había usurpado". 




A Bakunin le ha vuelto la flexibilidad, es un gato muy atlético, de un salto se pone encima del mueble en la que está la pecera de Viky, allí se pasa horas mirando a los peces, porque es muy curioso...


El Gato
Por mi cerebro se pasea,
Lo mismo que en su apartamento,
Un gato hermoso, dulce y fuerte,
Suyo maullido apenas se oye,
Tan tierno y discreto es su timbre,
Más que su voz gruña o se calme
Tal es su encanto y su secreto,
Siempre resulta rica y honda.
Esta voz que alcanza y toca
Mi más tenebroso fondo,
Me colma cual amplio verso
Y como filtro me alegra
Adormece los peores males,
Todos los éxtasis convoca,
Para musitar largas frases,
No necesita de palabras,
Perfecto instrumento, no existe
Arco igual que me estremezca
Y que haga más regiamente
Cantar mi cuerda más tensa,
Que su voz, gato misterioso,
Gato seráfico y extraño,
En que todo es, como un ángel,
Tan armonioso como sutil,
De su piel dorada y oscura
Tal perfume brota, que un día,
Fui embalsamado por haberlo
Acariciado sólo una vez.
Es mi espíritu familiar,
Juzga, preside, inspira todo
Desde la altura de su imperio,
¿por ventura es un mago, es un dios?
Cuando mis ojos hacia ese gato
Como atraídos por imán,
Sumisamente se vuelven
 Y mitro dentro de mí,
Con estupefacción hallo
El resplandor de sus pupilas,
Claros fanales, vivientes ópalos

Que fijamente me contemplan.
CHARLES BAUDELAIRE





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