Collioure y Carcassonne
El jueves 6 iniciamos un viaje a Francia. Collioure fue nuestra primera parada.Llegamos a Collioure a la hora de comer, esta es una pequeña población costera bañada `por el Mediterráneo. El pueblo tiene playa, castillo, iglesia fortificada, puerto.... paseamos por la playa, nos bañamos, hasta el tobillo, por las limpias aguas del mar, y admiramos los vivos colores del mar y el cielo azul.
La siguiente jornada la pasamos en Carcasona. No sin antes pasar por un atasco en la carretera.Impresiona el castillo Condal, construido allá por el año mil. Desde el puente sobre el río Aude destacan las torres y murallas de ésta magnifica edificación medieval.
Por la mañana entera entramos en la ciudad medieval, entramos por la puerta Narbonesa, ya que el castillo Condal se encuentra dentro de otro castillo, de doble reciento amurallado con 52 torres, en medio del cual encontramos un pasillo que recorrimos en su totalidad. En la torre de la Inquisición se ubica un museo en el que se relata la historia de la guerra entre cruzados y cátaros. Para finalizar la visita al castillo entramos en la basílica de San Nazaire, en la que sonaba la música de órgano que daba un ambiente de serenidad.
En la ciudad baja, visitamos la Catedral de san Michael, de estilo gótico. La iglesia de los jacobinos, el mercado de les Halles, la plazas de Gambeta y Carnot, en medio de esta se ubica una fuente de Neptuno, realizada en mármol, próxima a esta plaza se encuentra la estación de ferrocarril de fachada digna de verse.
Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero,
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.
......................
Hay en mis gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre l uso sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.
Adoro la hermosura, y en la moderna estética.
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard,
mas no amo los afeites de la actual cosmética
ni soy ave de esas del nuevo gay-trinar.
.......................
¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso, como deja el capitán su espada;
famosa por la mano viril que blandiera,
no por el docto oficio del forjador apreciada.
Y al cabo, nada os debo, debiste cuanto he escrito.
a mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan queme alimenta y el lecho en donde yago.
Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos del mar.
y un huerto claro donde madura el limonero,
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.
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Hay en mis gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre l uso sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.
Adoro la hermosura, y en la moderna estética.
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard,
mas no amo los afeites de la actual cosmética
ni soy ave de esas del nuevo gay-trinar.
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¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso, como deja el capitán su espada;
famosa por la mano viril que blandiera,
no por el docto oficio del forjador apreciada.
Y al cabo, nada os debo, debiste cuanto he escrito.
a mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan queme alimenta y el lecho en donde yago.
Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos del mar.
ANTONIO MACHADO
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