De Torla a Ordesa

Después de pernoctar en Torla, antes compramos pomada para que Carmen curara sus heridas, nos dirigimos a Ordesa.

A las diez llegamos a la pradera, se accede con bus desde Torla. En el bus compartimos asiento con unos jóvenes llegados desde Ciudad Real. Ordesa es el itinerario más conocido del Pirineo. El agua y la niebla baja dificultaba la contemplación de la montaña. Carmen con su capa roja parecía caperucita roja.

Salimos en dirección a la Cola del Caballo, pero a mitad camino, hora y media, como arreciaba la lluvia, en la cascada de Arripas nos dimos la vuelta. La fotografía tirada en un bonito mirador sobre el río Arazas se aprecian los diversos colores producidos por las hojas de los árboles.

De vuelta a Torla, paseando bajo la lluvia por las estrechas calles de la pequeña y bonita población alto aragonesa. Visitamos por fuera el Ayuntamiento, la iglesia y el museo etnológico, situados encima de un túnel por el que pasa la carretera.

Visitamos en el Centro de Interpretación, situado junto a la parada del bus de subida a Ordesa, multitud de fotografías nos muestran la dura vida en la montaña y las habilidades adquiridas para subsistir por las gentes que habitan en estos pueblos. En las paredes se insertan frases a modo de consignas, me ha gustado la que dice. "La montaña ofrece toda su riqueza de sensaciones a quien se acerca a ella, y tiene la sensibilidad necesaria para disfrutar". 

La pieza más espectacular es el bucardo disecado, el bucardo, cabra montesa aragonesa del Pirineo es el primer animal recuperado gracias a la clonación, dos años antes que la oveja Doly. A la última hembra se le clono el ADN antes de su muerte. Impresiona la esbelta figura del animal. 

A las dos nos dirigimos a la población de Fiscal donde comimos. El agua nos acompañó hasta Zaragoza... y a esperar el martes que me operan de dos hernias.