jueves, 29 de febrero de 2024

 Visita a la Iglesia del seminario de San Carlos

Esta semana hemos estado visitando la Iglesia del Seminario de San Carlos, El recorrido ha corrido ha sido conducido por una guía de Gozarte


Tras la fachada de ladrillo se encuentra la iglesia dedicada a La Inmaculada, en la hornacina encima de la puerta se aprecia la talla de la Virgen. La iglesia forma parte del Colegio que los jesuitas fundaron en Zaragoza en 1550. El terreno había sido donado por Diego Morlanes, cuyo palacio se encuentra en frente que en la actualidad alberga la filmoteca de Zaragoza. En la facha de la iglesia, a ambos lados de la puerta destacan las tres columnas adosadas de orden toscano.


En el interior, la iglesia de una nave, con capillas laterales: Santos Juanes, de la Natividad, del Santo Cristo, de San Ignacio de Loyola, situadas entre los contrafuertes. La decoración  barroca con esculturas, relieves y medallones realizados en madera dorada, en la cabecera, el altar mayor lo componen dieciocho esculturas de tamaño natural y veinticinco querubines. Detrás un suntuoso retablo, no es el original, se traslado a la iglesia del monasterio de Veruela cuando se produjo la expulsión de los jesuitas. La guía nos comentó que anteriormente este espacio fue sinagoga de judíos, el edificio se encuentra dentro el antiguo barrido judío de Zaragoza. La iglesia, en su interior la iglesia conserva la teatralidad del barroco, siendo la más suntuosa de Zaragoza.


La capilla de los Duques de Villahermosa, es una habitación anexa a la iglesia, se encuentra separa de la iglesia por una verja de bronce, esta dedicada a San José, comprende cuatro tramos más cabecera, en el primero de los pies se sitúa un coro en alto, en la cabecera un retablo churriqueresco en madera a un lado y a otro estatuas orantes en mármol blanco de los duques de Villahermosa, en las paredes laterales una serie de lienzos pintados por Vicente Berdusan. Los Duques de Villahermosa fueron quienes consiguieron la vuelta a Zaragoza de los jesuitas cuando fueron expulsados. 


Numerosas son las tallas en madera que hemos visto a lo largo del recorrido por la iglesia, de San Ignacio de Loyola, San Valero, San Braulio, San Lupercio, pero yo me quedo con la de San Lamberto, me acuerdo de la canción de Labordeta: El milagro de Lamberto, fue anti imperio romano, anduvo unas cuantas leguas, con la cabeza en la mano.

En el colegio de San Carlos había estado en varias ocasiones, concretamente en la cocina que la llevan monjas, aquí trabajó Tomasa, hermana de la abuela Victoria, y en una ocasión nos enseño el claustro. En la iglesia estuvimos en la boda de Alessia y Jesús.


El milagro de Lamberto
fue anti imperio romano
anduvo unas cuantas leguas
con la cabeza en la mano.

Salio Lamberto de casa
para ir a su ocupación
y a la mitad del recorrido
le detuvo un centurión:

– ¿A dónde vas saldubiense
por esta tierra cercada?
– Voy a entrecavar tomates,
a sembrar trigo y cebada.

– Ni siembre trigo y cebada
ni entecabe los tomates
que estos son cotos cerrados
de las tropas imperiales.

– Si las tropas imperiales
han acotado mi "hoya"
vuelven a hacer lo mismo
que hacen con Chile o Camboya.

El centurión indignado
con este marxicristiano
le dio un tajo en la cabeza
y se la puso en la mano.

Lamberto por propio pie
Se enterró con Santa Engracia
los dos habían caído
por querer la democracia.

                                                             JOSE ANTONIO LABORDETA

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